Austral Comunicación
ISSN-L 2313-9129
ISSN-E 2313-9137
Volumen 14, número 2, 2025
e01421
Néstor Julián Restrepo-Echavarría*
https://orcid.org/0000-0002-2881-1249
Escuela de Artes y Humanidades Universidad EAFIT. Semillero en Comunicación Política y Opinión pública Universidad EAFIT. Medellín, Colombia.
nrestr12@eafit.edu.co
Leidy Vanessa González Chavarría
https://orcid.org/0009-0008-9597-2449
ERA Consultoras. Semillero en Comunicación Política y Opinión Pública de Universidad EAFIT. Medellín, Colombia.
Lvgonzalec@eafit.edu.co
Andrea Cano Muñoz
https://orcid.org/0009-0001-7582-7307
ERA Consultoras. Semillero de Comunicación Política y Opinión Pública de Universidad EAFIT. Medellín Colombia.
acanom3@eafit.edu.co
Fecha de finalización: 20 de octubre 2024.
Recibido: 25 de octubre 2024.
Aceptado: 6 de marzo de 2025.
Publicado: 24 de abril de 2025.
DOI: https://doi.org/10.26422/aucom.2025.1402.res.
Resumen
El presente artículo tiene como objetivo analizar el uso de figuras retóricas y la paralingüística como mecanismo para influir y persuadir sobre la legitimidad carismática en los discursos de posesión del salvadoreño Nayib Bukele (segundo mandato, 1 de junio de 2024) y el del argentino Javier Milei (10 de diciembre de 2023). Para lograr este objetivo, se propuso una metodología y enfoque de análisis retórico del discurso, en el que, primero se hizo una selección de apartados de los corpus analizados bajo una matriz de categorización. Segundo, se establecieron unas categorías y códigos de análisis a partir del enfoque mencionado, las figuras retóricas, la legitimidad carismática y la paralingüística. Tercero, se realizó un análisis de las muestras de acuerdo con lo anteriormente enunciado. Cuarto, se establecieron unas conclusiones en donde se logró establecer que el uso de las figuras retóricas y la paralingüística influyen en la legitimidad carismática que ostentan los líderes de ambos países en términos discursivos, lo que contribuye a sus estrategias de personalización de la política y a su imagen dentro de las democracias de derecha latinoamericanas.
Palabras clave: retórica, figuras retóricas, legitimidad, paralingüística, discurso político.
Abstract
The purpose of this article is to analyze the use of rhetorical figures and paralinguistics as a mechanism to influence and persuade about charismatic legitimacy in the inaugural speeches of the Salvadoran Nayib Bukele (second term, June 1, 2024) and the Argentinean Javier Milei (December 10, 2023). For this purpose, a methodology and approach of rhetorical discourse analysis was proposed, in which, first, a selection of sections of the analyzed corpus was made under a categorization matrix. Second, categories and codes of analysis were established based on the aforementioned approach, rhetorical figures, charismatic legitimacy, and paralinguistics. Third, an analysis of the samples was carried out using the aforementioned methods. Fourth, conclusions were drawn where it was established that the use of rhetorical figures and paralinguistics influenced the charismatic legitimacy of the leaders of both countries in discursive terms, contributing to their strategies of high personalization of politics and their image within the Latin American right-wing democracies.
Keywords: rhetoric, rhetorical figures, legitimacy, paralinguistics, political discourse.
Resumo
O presente artigo tem como objetivo analisar o uso de figuras retóricas e da paralinguística como um mecanismo para influenciar e persuadir sobre a legitimidade carismática nos discursos de posse do salvadorenho Nayib Bukele (segundo mandato, 1º de junho de 2024) e do argentino Javier Milei (10 de dezembro de 2023). Para alcançar esse objetivo, foi proposta uma metodologia e abordagem de análise retórica do discurso. Primeiro, foram selecionados trechos dos corpus analisados com base em uma matriz de categorização. Segundo, foram estabelecidas categorias e códigos de análise a partir da abordagem mencionada, incluindo figuras retóricas, legitimidade carismática e paralinguística. Terceiro, as amostras selecionadas foram analisadas de acordo com os critérios estabelecidos. Quarto, foram tiradas conclusões que demonstram que o uso de figuras retóricas e da paralinguística influencia a legitimidade carismática dos líderes de ambos os países em termos discursivos. Isso contribui para suas estratégias políticas altamente personalizadas e para sua imagem dentro das democracias de direita latino-americanas.
Palavras-chave: retórica, figuras retóricas, legitimidade, paralinguística, discurso político.
El escenario de insatisfacción de diferentes modelos democráticos en América Latina ha llevado al surgimiento de líderes políticos personalistas y de discursos aparentemente disruptivos que tienen como objetivo legitimar un gobierno y un liderazgo en la misma democracia.
A partir de una alta personalización de la política y de la imagen de líderes arquetípicos entre heroicos, mesiánicos y rebeldes, se han mantenido discursos que posicionan al líder entre la opinión pública, la imagen colectiva de los ciudadanos de sus naciones y la opinión internacional; lo que además resulta ser trascendental para entender las democracias de América Latina en la actualidad y los problemas que tienen las naciones, y que buscan afrontar sus líderes a partir de una narrativa construida, mediatizada y legitimada a partir de la retórica.
Estos son los casos del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien comenzó su segundo mandato en junio de 2024; y del presidente Javier Milei en la Argentina, quien asumió el cargo en diciembre de 2023. El primero, se ha destacado por construir una narrativa que lo posiciona como el mandatario más cool de la región, cercano a unos códigos y símbolos populares y de alta circulación en la opinión pública, caracterizado, además, por una comunicación gubernamental mediatizada, donde la relevancia en el enfoque de su comunicación “viene dada por la capacidad del mandatario de configurar, vender y afianzar una narrativa fuerte con respecto a la promesa de la superación de la problemática de seguridad pública del país” (Cristancho & Rivera, 2021, p. 5).
El segundo, por su parte, se caracteriza por ser un personaje disruptivo para la política argentina, que apela a una política de extravagancia, a la rebeldía y la defensa de la libertad dentro de una sociedad agotada por la política tradicional y sumida en la crisis económica. Desde su comunicación, Javier Milei apela a la antipolítica como un “sentimiento ciudadano menos racional y articulado que el discurso estratégico, como un tipo de emoción que convive con las democracias contemporáneas” (Annuziata et al. 2024, p. 22); lo que al mismo tiempo se refuerza por un discurso frontal y constante a la clase política, que él denomina “la casta” y “los delincuentes”.
Desde su narrativa, estos personajes inciden directamente en las democracias latinoamericanas de derecha, y construyen discursos movilizadores, y en cierta medida transformadores, con ideas populistas y personalistas que buscan legitimar su imagen como líderes. En este sentido, resulta relevante para el campo del análisis retórico del discurso, analizar los discursos de posesión de ambos mandatarios, del 1 de junio de 2024 para el caso del segundo mandato del presidente de El Salvador Nayib Bukele, y del 10 de diciembre de 2023 en la Argentina para el caso del primer mandato de Javier Milei.
A partir del enfoque mencionado y teniendo en cuenta los planteamientos de Van Dijk (2000), sobre la importancia de reconocer el marco o las condiciones en las cuales se desarrolla un acto de habla y que otorga significado a la intención del hablante, es crucial comentar sobre los contextos en que se desarrollaron ambos discursos. En primer lugar, tal como se afirmó en el diario El País, El Salvador se paralizó para la posesión de Nayib Bukele, “las vías de San Salvador se vaciaron de coches y viejos autobuses, los edificios de oficinas apagaron los ordenadores y las máquinas de café y los comercios bajaron las persianas por orden de las autoridades” (Quesada, 2024).
En segundo lugar y considerando que “el discurso se produce, comprende y analiza en relación con las características del contexto” (Van Dijk, 2000, p.32), se identifica que Javier Milei, pronunció su discurso “frente a la ciudadanía en las escaleras del Parlamento, lo que rompió la tradición de hacerlo al interior del Congreso. A su asunción acudieron algunos líderes y exlíderes regionales, así como el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski” (France 24, 2023).
Ambas intervenciones duraron más de 30 minutos, tiempo en el cual sus discursos estuvieron atravesados por el uso de figuras retóricas que permiten enmarcar las narrativas en hechos y acontecimientos específicos y de construcción de realidad para influir en la mente de sus oyentes. Además, estas alocuciones fueron transmitidas por canales nacionales y medios internacionales a través de plataformas digitales como YouTube, entre los que se destacan CNN en Español, para el caso de El Salvador y Libertad Digital para el caso de la Argentina.
Considerando los contextos descritos, el objetivo de este texto es analizar el uso de figuras retóricas y la paralingüística como mecanismo para influir y persuadir sobre la legitimidad carismática del presidente Nayib Bukele, en su discurso de posesión al momento de asumir por segunda vez el mandato del ejecutivo de El Salvador, el 1 de junio de 2024; y del presidente Javier Milei, en su discurso de posesión como presidente de la Argentina del 10 diciembre de 2023.
El análisis sobre el uso de estrategias retóricas en el discurso político permite determinar las tácticas de persuasión utilizadas por el hablante sobre sus oyentes en determinado contexto, conforme a una intención social y comunicativa, donde esta intención puede ser influir sobre la imagen y legitimidad del discursante con su audiencia. Algunas de esas estrategias incluyen el uso de figuras retóricas en la búsqueda de enfatizar sobre unas acciones desarrolladas por el orador, trasladar significado y construir narrativas comunes sobre lo que el hablante representa dentro de su contexto.
Para efectos de este artículo, se utiliza una metodología cualitativa, la cual parte del análisis retórico del discurso como enfoque, con el cual se busca examinar aquellos mecanismos y tácticas de persuasión empleadas por los discursantes para lograr su objetivo comunicacional o de legitimación dentro del contexto político y social.
Siguiendo a Gill y Whedbee (2001), aún con la diversidad de definiciones que se ha dado a la retórica, existe un consenso en dos postulados: “(...) las actividades principales de la retórica se centran en el campo político; y la retórica es el discurso calculado para influir sobre un auditorio hacia cierto fin en particular” (p. 233). Es así como a partir de la identificación del uso de estrategias de persuasión o recursos retóricos por parte de líderes políticos, se puede analizar cómo estos personajes construyen o consolidan una legitimidad con sus oyentes dentro de un contexto determinado; o como estos refuerzan, alteran o responden a las “opiniones de un público o del tejido social de la comunidad” (Gill y Whedbee, 2001, p. 233), a partir del análisis del discurso.
Para ello, en primer lugar, se realizó una revisión bibliográfica para conceptualizar cada una de las tres categorías elegidas desde las que se realizó el análisis. En segundo lugar, se construyó una base para la clasificación del discurso a partir del instrumento de matriz de seguimiento planteado por Ramírez-Vallejo y Santamaría-Velasco (2022), que facilitó la observación y la fragmentación de la muestra diferenciada por categorías y códigos de análisis y la reflexión a partir de esta clasificación[1]. En tercer lugar, se establecieron unas conclusiones a partir del análisis de los fragmentos de los corpus mencionados a la luz de dichas categorías y códigos.
Siguiendo lo anteriormente planteado, se consideraron tres categorías y diez códigos a partir de una revisión de literatura. La primera categoría son las figuras retóricas, en la que se retoman autores como Van Dijk (2000:2013), Gill y Whedbee (2001), Perelman (1986); para la segunda categoría se tomó como referencia a aquellos que se han acercado a la teoría de la autoridad legítima de Max Weber (1964) para hablar sobre legitimidad carismática; y dentro del análisis paralingüístico se recogieron los postulados de Serafim (2022) y Poyatos (1994). Considerando que el análisis del discurso retórico para este artículo se basa en estas tres categorías, vale la pena conceptualizarlas junto con los códigos de análisis:
Las estrategias de persuasión y los recursos retóricos que se utilizan por parte del hablante dentro del discurso político tienden a responder a ciertos temas o problemas propios de una sociedad o un contexto, donde la retórica puede actuar como un medio de dominación o de opresión (Gill y Whedbee, 2001, p. 234); así como una forma de legitimación para el hablante, a partir de la persuasión. Además, cobran sentido afirmaciones como las de Perelman (1979), quien asegura que un discurso sólo es eficaz si se adapta al auditorio al que se trata de persuadir o de convencer.
Uno de estos recursos, que se constituye como código de análisis, son las metáforas. Sobre su uso en términos de estructura, son un recurso empleado para organizar estéticamente un texto, como plantean Gill y Whedbee (2001); pero más importante aún para el objetivo planteado, es comprender que es partir de metáforas como se construye la comunicación, ya que, como afirma Castells (2009), es la forma de acceder al cerebro al ser decisivas para conectar el lenguaje y los circuitos cerebrales. En otras palabras, “la mente comprende una idea desconocida sólo por comparación con o en términos de algo que ya conoce” (Gill y Whedbee, 2001, pág. 255). Estas se utilizan entonces en el discurso como “recursos discursivos (...) que (des)enfatizan los significados por razones interaccionales y comunicativas, por ejemplo, para persuadir a los destinatarios o para hacer una auto-presentación positiva” (Van Dijk, 2013, p. 208).
Al mismo tiempo, se revisa dentro de este análisis retórico el uso de las metáforas arquetípicas que, como señalan Gill y Whedbee (2001), “actúan a través de las generaciones, estableciendo juicios de valor sobre los temas con los que están asociadas” (pág. 256). Con su uso, afirman los autores, el hablante en el discurso apela a antiguas verdades arquetípicas - como la luz y la oscuridad o el ciclo de la vida y la muerte - para estructurar ideas o argumentos que apelan a la emocionalidad del oyente con un fin último de persuadirlo.
Siguiendo a Atienza (2005), una de las figuras retóricas utilizadas en lo que él denomina técnicas de argumentación que estructuran la realidad, es la analogía, la cual se constituye como un tercer código de análisis y hace referencia a “la semejanza de estructuras existentes entre elementos pertenecientes a dominios distintos” (Atienza, 2005, p. 53), que busca esclarecer, por medio de una relación más conocida, una relación menos conocida. Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989) en su obra Tratado de la argumentación, han establecido su descripción gráfica de analogía donde A/B = C/D, para lo cual C/D serán denominados foro y será aquello mejor conocido que A/B denominado tema.
Finalmente se analizará el uso de la hipérbole, constituyendo un cuarto código para el ejercicio. Esta es definida por Jiménez (2020) como una “figura de pensamiento basada en la exageración, consistente en poner las posibilidades semánticas en su límite máximo e incluso en transgredirlas” (pág. 108). En este sentido se busca confirmar su uso dentro del discurso como otra estrategia de retórica para la persuasión o la búsqueda de legitimidad del hablante.
Para hablar de legitimidad se toma como referencia la definición de López-Hernández (2009), quien plantea que la “legitimidad es el reconocimiento por parte de la población de que los gobernantes de su Estado son los verdaderos titulares del poder y los que tienen derecho a ejercerlo” (p. 156), bajo la concepción moderna del Estado. En este contexto, quien actúa como titular del poder y con derecho a ejecutarlo son los hablantes, quienes dentro del discurso activan el poder a partir del lenguaje, confirmando la relación entre discurso y sociedad como definición de poder no coercitivo planteada por Van Dijk (2000).
Ahora bien, para ampliar la definición de legitimidad, se esboza aquella desarrollada por Max Weber según la cual la legitimidad se basa en las creencias o la fe en el sistema político. Para Weber “la base de todo sistema de autoridad, y en consecuencia de todo tipo de voluntad de obedecer, es una creencia en virtud de la cual las personas que ejercen la autoridad reciben prestigio” (Weber 1964, citado en Enciclopedia de Filosofía de Stanford, s.f). De esta forma, el concepto de legitimidad para Weber está ligado al de dominación, entendida como “la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo para mandatos específicos” (Martínez-Ferro, 2010).
Es así como Max Weber distingue tres tipos de dominación legítima:
1. Racional o legal: que descansa en la creencia en la legitimidad de ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer la autoridad; 2. Tradicional: bajo la creencia cotidiana en la santidad de las tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa tradición para ejercer la autoridad; 3. Carismática: que plantea la entrega extra cotidiana a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ella creadas o reveladas (Weber, 1964, p. 172).
En este sentido, para Max Weber, en palabras de López-Hernández (2009) la legitimidad fundamenta la efectividad del poder y la forma concreta como el poder encuentra probabilidad de obediencia en sus seguidores; y se puede relacionar con los planteamientos de Van Dijk (2000) sobre el poder como control de la acción, “lo que presupone el control del discurso público, que solo es posible mediante formas especiales de acceso, lo que a su vez puede basarse en recursos de poder políticos, económicos, sociales o académicos” (p. 47) – como la posición de mando en la política.
De esta forma, destaca para el ejercicio la concepción de legitimidad carismática, como una categoría de análisis, la cual es planteada por Weber al otorgar características como heroísmo y ejemplaridad a una persona como fuente de autoridad dentro del Estado y, por tanto, de legitimación basada en dicho prestigio. El carisma es esa autoridad basada en la “posesión de cualidades personales excepcionales que llevan a que una persona sea aceptada como líder” (Hermida, 2000), entre las que se mencionan el heroísmo y la ejemplaridad, y que se configuran como códigos de análisis.
Para Weber (1982 citado en Piccone, 2019, p. 455) “el líder carismático es aquella persona percibida como ‘convocada’ para ser líder, conductor de hombres, y que es obedecido porque se cree en él”. En este sentido, es una persona con habilidades de liderazgo, con una misión clave y unos valores que lo representan dentro del ejercicio del poder, y que consolidan su autoridad dentro de un contexto determinado. El liderazgo bajo esta visión puede tener rasgos místicos.
Lo anterior, y considerando lo que otros investigadores han afirmado (Dow, 1969; Conger, 1989; Kouzes y Posner, 1989; citado en Meléndez, 1997) según lo cual el liderazgo carismático tiene la capacidad de describir la realidad de su entorno en la estructura de su discurso a partir del uso de metáforas, analogías e historias; adaptando el lenguaje según las características de los oyentes; y apelando a la emocionalidad para la persuasión y reafirmación de sus habilidades extraordinarias, heroicas y ejemplares.
El discurso político también permite realizar un análisis desde la paralingüística, entendida desde G. L. Trager (1950 citado en Serafim, 2022, p.125) como “las formas de comunicación –conscientes, intencionales y voluntarias o de cualquier otra manera– que no implican el uso del lenguaje (no de la voz, puesto que la vocalización y las reacciones son consideradas parte de la paralingüística)” y la transmisión de mensajes.
Siguiendo a Serafim (2022), se hace importante reconocer que la paralingüística arroja una línea “sobre la estrategia retórica y las técnicas de comunicación de los oradores públicos, así como sobre los modos en que estas son utilizadas para persuadir a las masas políticas” (pp.124-125). En este sentido, se reconoce la paralingüística como conjunto macro que engloba unas conductas vocales, que “se refieren no a lo que se dice, sino a “cómo” se dice; y en las que se incluye el tono, la intensidad, el énfasis y el tempo del discurso” (Patterson 2011, p. 52). Al referirse al ‘cómo se dice’, el paralenguaje constituye la no verbalidad de un discurso, lo cual “se encuentra estrechamente ligado al mensaje verbal, ya sea para confirmarlo o para contradecirlo” (Pereiro, 2023, s.p.). Por lo tanto, el paralenguaje se reconocerá como categoría de análisis de la cual se desprenden unos códigos, a saber: tempo, tono y pausas.
El tempo lo define Poyatos (1994) como “la velocidad relativa en la emisión sucesiva de las palabras, frases, etc.” (p. 34); es decir, el ritmo con el cual se habla y se emite la voz desde el orador. Dentro de este código se deben considerar las funciones actitudinales, según las cuales, en términos de Poyatos (1994), consideran la velocidad y en las que el tempo puede variar entre lento y rápido, bien sea para hacer énfasis y resaltar en ciertas palabras o frases, o para enunciar ánimo, control, urgencia, etc. “La escala para el tempo sería: muy lento - lento- medio- rápido- muy rápido, bien aumentando o disminuyendo (Poyatos,1994, p. 36).
El tono, es decir, la variación de la entonación, asegura Poyatos (1994, p. 36) que es “el rasgo más versátil de la voz (...), bien agudo (alto) o grave (bajo)”. Este elemento de la paralingüística va más allá del volumen de la voz, puesto que el nivel tonal se relaciona con la elocuencia y, por ende, con el significado que se quiere dar a las palabras o frases que se pronuncien.
Las pausas se configuran de gran importancia para considerar en un escenario político-público, donde los silencios, la ausencia de voz y locución por parte del orador, posibilitan también la escucha de su auditorio y el reconocimiento como un elemento esencial en el discurso. Con su implementación, el orador puede respirar, hacer énfasis, señalar importancia o solemnidad.
Señala Carrocio (2010) que se pueden identificar dos tipos de pausas, las llenas y las vacías:
a. Pausas sonoras (llenas). Pueden deberse a diferentes motivos, pero fundamentalmente a la necesidad de planificar el discurso y de organizar lo que se dice a la vez que se va hablando; se incluyen en ellas las vacilaciones provocadas por dudas o errores y los alargamientos, como mmm, esteee.
b. Pausas silenciosas (vacías). Se produce la interrupción de la fonación, no se habla. Se relacionan con la función respiratoria, pero, a la vez, delimitan partes del discurso (función demarcativa), y muchas veces tienen función estilística y retórica. (p. 7)
En este punto, es importante destacar que autores como Van Dijk (2013) afirman que las estructuras retóricas siempre tendrán un significado relativo conforme a lo que, en un contexto, o para los interlocutores del discurso, posea validez como norma convencional o como norma probabilística.
Estos análisis basados en la retórica buscan entonces indagar cómo aquellas estructuras retóricas o lingüísticas ordenan y dan sentido a la experiencia humana (Foucault, 1972 citado en Gill y Whedbee, 2001, p. 236), tal y como se busca confirmar con los discursos de posesión de Bukele y Milei, en los que a partir del uso de figuras retóricas construyen sus argumentos e ideas, con una intención de influir en su imagen y persuadir sobre su prestigio y autoridad legítima, construyendo realidad y ejerciendo poder con el discurso.
A continuación, se describen y se enumeran las frases y expresiones categorizadas según cada una de las categorías y códigos de análisis.[2]
Códigos de análisis |
Resultados |
|
Figuras retóricas |
Metáfora |
4 |
Metáfora arquetípica |
3 |
|
Analogía |
2 |
|
Hipérbole |
3 |
|
Legitimidad carismática |
Heroísmo |
2 |
Ejemplaridad |
2 |
|
Liderazgo |
3 |
|
Paralingüística |
Tempo |
6 |
Tono |
6 |
|
Pausas |
6 |
Códigos de análisis |
Resultados |
|
Figuras retóricas |
Metáfora |
1 |
Metáfora arquetípica |
1 |
|
Analogía |
2 |
|
Hipérbole |
2 |
|
Legitimidad carismática |
Heroísmo |
4 |
Ejemplaridad |
4 |
|
Liderazgo |
3 |
|
Paralingüística |
Tempo |
2 |
Tono |
2 |
|
Pausas |
2 |
Ahora bien, para el análisis se seleccionaron apartados y fragmentos de los discursos nombrados, de acuerdo con el lenguaje retórico y de recursos lingüísticos como las analogías, las metáforas y otros asociados al contexto político-social de El Salvador y de la Argentina. Como se verá, ambos hablantes buscan apelar estructuras de elementos conocidos por los oyentes y al uso emotivo del lenguaje verbal y no verbal para generar una conexión con su audiencia, que cumple con el objetivo de impactar sobre su imagen de líderes, su prestigio y autoridad en cada nación.
Es importante comenzar el siguiente análisis dando cuenta de que el hablante realiza su intervención a partir de una analogía: el enfermo de cáncer, y muchas otras enfermedades, y el doctor que cura la enfermedad; en relación con el país El Salvador y las medidas implementadas exitosamente en su primer mandato como presidente de la nación.
Frente al uso de las figuras retóricas en el discurso, afirma Van Dijk (2013) que “las principales funciones de estas estructuras específicas de varios niveles discursivos (sonidos, sintaxis, significado, etcétera), son persuasivas: por lo general, perfeccionan (o mitigan) los significados del discurso y, de esta manera, también destacan o atenúan las intenciones interaccionales y comunicativas” (p. 207). En este sentido, se recurre al uso de metáforas, analogías o expresiones hiperbólicas con la intención de persuadir a los oyentes, a partir de un escenario común y de más fácil entendimiento para la audiencia, con la intención de legitimar su liderazgo ante la ciudadanía.
Así pues, para iniciar este fragmento, Nayib Bukele utiliza la siguiente frase: “¿Ustedes a quién le harían caso, al doctor que los curó del cáncer, o a los doctores que casi los matan y los estafaron?” (CNN, 2024, 12m07s); lo que busca el hablante es legitimar su accionar como “doctor” que ya curó una vez el “cáncer” en El Salvador, haciendo referencia a los resultados positivos de su gobierno en la lucha frontal contra los grupos delincuenciales. Al mismo tiempo, invita a que nuevamente confíen en él para seguir “curando”, bajo una representación heroica de su rol como presidente y en la lucha contra la inseguridad de las pandillas en el país. Dicha representación se relaciona con esas características extra cotidianas de la legitimidad o autoridad carismática, en términos de Max Weber (1964).
De esta forma, su intención es correlacionar elementos de estructuras diferentes, como lo es una persona enferma y El Salvador, para explicar una relación menos conocida o, en este caso, más compleja de explicar a partir de una intervención pública; con una relación más conocida y de amplio entendimiento para los oyentes. Asimismo, busca apelar a las emociones y persuadir a su audiencia, guiando el discurso a partir de elementos retóricos que permiten entablar una comunicación cercana y más entendible.
Con el ánimo de exaltar la magnitud del problema, a partir de la frase “(...) Ha tenido múltiples enfermedades desde que nació, desde hace mucho tiempo, desde el nacimiento de nuestro país” (CNN, 2024, 12m27s), Nayib Bukele marca un límite referencial para los problemas de su nación: el nacimiento mismo de El Salvador; y lleva las posibilidades semánticas a un límite o una exageración y, al mismo tiempo, hacia un soporte a su gestión, puesto que él se reconoce como quien pudo poner fin a una problemática de tantos años.
A su vez, pretende enfatizar, para el objetivo de su discurso, en un problema específico a partir de una metáfora: “(...) pero hace más de 30 años apareció una enfermedad más grave y más urgente: el cáncer de las pandillas, que se volvió en ese momento lo más urgente de resolver” (CNN, 2024, 12m46s). Siguiendo a Castells (2009), la metáfora es una forma de acceder al cerebro al ser decisivas para conectar el lenguaje y los circuitos cerebrales. En este sentido, al mencionar que las pandillas eran la enfermedad más grave de su país, Bukele transmitió al público la preocupación y la urgencia que tenía el problema de inseguridad de El Salvador, trayendo a la mente de los oyentes una comparación que les permitiera entender y relacionar con mayor facilidad el problema de inseguridad.
Asimismo, al emitir la expresión “(...) el cáncer de las pandillas”, siguiendo a Gill y Whedbee (2001), se apela a antiguas verdades arquetípicas sobre los juicios de valor que tienen ciertas expresiones o palabras, en este caso al cáncer; una enfermedad que está comúnmente cargada de connotaciones y sentimientos negativos, de angustia, miedo, sufrimiento, y muerte, para relacionarla con las pandillas en El Salvador y sus impactos negativos.
Para continuar resaltando su papel durante su primer mandato, al pronunciar la frase: “Ningún gobierno pudo combatirlo. Es más, la medicina que los gobiernos dieron solo empeoró la enfermedad, la hizo más grave y más dolorosa” (CNN, 2024, 13m16s), el orador desconoce cualquier posibilidad de avance por parte de los demás gobernantes frente a las situaciones de El Salvador y, además, sitúa el contexto de seguridad del país en un límite negativo, al hacer referencia a que las demás medidas implementadas sólo empeoraron la situación en esta materia. A su vez, Bukele busca trasladar sentido a través de la metáfora en relación con las medidas implementadas por los anteriores gobiernos, y la medicina que actúa como cura ante una enfermedad.
Continúa así por destacar su heroísmo a partir de la enunciación: “(...) Hace cinco años, aquí, en esta misma plaza, les pedí que confiaran y que defendieran nuestras decisiones que íbamos a tomar, aunque algunas sonaran a medicina amarga” (CNN, 2024, 13m28s), frase en la que, siguiendo a Weber (1964), se entrega a una persona y a sus ordenaciones una autoridad legítima fundamentada en la efectividad de su poder y obediencia, así como en características extra cotidianas de heroísmo.
Igualmente, ratifica la posición dominante y de liderazgo que ostenta el presidente ante su pueblo, evocando confianza y defensa hacia sus decisiones a partir del uso de la metáfora; por lo que podría considerarse que este confía en su guía y, asimismo, en el liderazgo que puede ejercer sobre El Salvador para tomar decisiones que, aunque no sean bien vistas, son la solución, siendo esta otra de las características asociadas a la legitimidad carismática.
Seguido a esto, el presidente Bukele profundiza sobre su vocación como líder, al decir:
También les dije que a veces habría que tomar de esa medicina. Y así como el doctor le dio la cura del cáncer al paciente, pero para curarse debía seguir la receta al pie de la letra poniendo de su parte (...) (CNN, 2024, 13m41s)
Con esto, demuestra que hubo obediencia de sus mandatos específicos, confirmando lo planteado por Weber (1982 citado en Piccone, 2019) de que el líder carismático es obedecido porque se cree en él.
Su intención persuasiva continúa con la analogía:
(...)Y así como el doctor le dio la cura del cáncer al paciente, pero para curarse debía seguir la receta al pie de la letra poniendo de su parte, así también este pueblo salvadoreño tomó la decisión de seguir al pie de la letra la receta y juntos nos libramos del cáncer de las pandillas, juntos nos libramos de la inseguridad. (CNN, 2024, 13m46s)
Con ella, busca “la semejanza de estructuras existentes entre elementos pertenecientes a dominios distintos” (Atienza, 2005, p. 53). Esta analogía, expresada en un contexto de posesión de su nuevo mandato, en el que el auditorio o público a quien se dirige está conformado por los mismos a quienes se espera que crean, respalden y conserven el mensaje central, permite validar el planeamiento de Perelman (1979) en el que reconoce la importancia de adaptar el discurso al auditorio que se está tratando de convencer.
Igualmente, buscando destacar su ejemplaridad con la frase: “(...) así también este pueblo salvadoreño tomó la decisión de seguir al pie de la letra la receta y juntos nos libramos del cáncer de las pandillas, juntos nos libramos de la inseguridad” (CNN, 2024, 13m56s), el hablante apela a la emocionalidad entre la audiencia, queriendo mostrar que los logros para el país son fruto de un esfuerzo conjunto, y dan ejemplo a la región latinoamericana.
Continúa reforzando su objetivo de destacar la ejemplaridad en su mandato y sus medidas, con la ayuda de una metáfora arquetípica dentro de la oración: “Incluso cuando algunos decían que ese no era el camino, que esa no era la solución. Y es cierto en algo, la medicina solo es una parte de la solución. La otra parte es la guía de Dios” (CNN, 2024, 14m18s), puesto que, además de apelar al conocimiento común sobre la medicina como fuente de solución a la enfermedad, emite una carga en el mensaje asociándolo con ideas religiosas de salvación, de guía divina, y de Dios, que pueden ser un terreno de entendimiento común entre su público.
Reafirma nuevamente su liderazgo y continúa la búsqueda de que las personas sigan sus mandatos con la frase: “(...) Y la tercera es que el paciente debe seguir las indicaciones, no debe titubear, no debe escuchar a quienes le dicen que no es la medicina correcta…” (CNN, 2024, 14m38s), donde la tarea del pueblo es atender las indicaciones de su gobernante por el prestigio y la legitimidad que ostenta. También lleva sus postulados al límite a partir de la hipérbole: “(...) que ellos tienen la medicina correcta y lo único que quieren es volverles a enfermar para poderlos volver a estafar” (CNN, 2024, 14m50s), según lo cual, como afirma Jiménez (2020), permite al orador poner las posibilidades semánticas en su límite máximo e incluso en transgredirlas, lo que se entiende como una exageración de lo que podría suceder si llega una persona diferente de Bukele al ejecutivo del país; y que aunque con exactitud no se puede sentenciar tal afirmación, el orador lo hace.
El hablante enfatiza en su liderazgo, una vez más, al decir: “(...) no debe escuchar a quienes le dicen que no es la medicina correcta, que ellos tienen la medicina” (CNN, 2024, 14m46s), refiriéndose a que los ciudadanos no deben escuchar a quienes les dicen que sus medidas o soluciones no son las correctas, puesto que la intención de esto puede ser el engaño para continuar estafando al país. En este sentido, se vincula la medicina incorrecta y su capacidad de enfermar a una persona, con las medidas incorrectas que pueden tener efectos económicos negativos o estafar a su nación.
Teniendo en cuenta los planteamientos de Serafim (2022), al afirmar que “la habilidad de la retórica u oratoria para unir o dividir afecta la cognición y las emociones del público al que va dirigido” (p. 124), podría interpretarse que la frase:
Aquí vinieron expertos internacionales, ustedes recuerdan organismos, etcétera a decirnos que así no se solucionaba el tema de las pandillas. Recibimos condenas de todas partes. Decían que era un problema, que había que atacarse de otra manera y que por suerte lo podríamos arreglar en 50 años. Eso decían, ahí están los videos de ellos diciéndolo (...), (CNN, 2024, 14m58s)
es un llamado emocional y de señalamiento social de quienes antes condenaron a la sociedad salvadoreña, dando legitimidad a su segundo mandato.
De esta forma, el presidente termina por reafirmar su vocación de liderazgo a partir de la narrativa de Dios, el pueblo y el trabajo conjunto: “(...) Con la ayuda de Dios, el esfuerzo del pueblo salvadoreño y el trabajo del gobierno, logramos los mejores resultados que ni nosotros mismos hubiéramos soñado” (CNN, 2024, 15m39s). En esta frase se destacan tres elementos para el análisis discursivo, donde las metáforas arquetípicas juegan un papel importante con su carga emocional de positividad en la que se encuentra “la ayuda de Dios” como una posición religiosa y solemne para los creyentes, e incluso los no creyentes; el esfuerzo del pueblo, que como un todo debe unirse para trabajar por un fin; y el trabajo del gobierno, dando a entender que es un gobierno efectivo, ejemplar, con capacidad de gestión y resolución de las necesidades más urgentes de una nación, por lo que se debe mantener.
Ahora bien, desde el análisis paralingüístico se evidencia que, en general, Bukele, conserva un ritmo, tempo y tono muy estables, e igualmente, realiza algunas pausas silenciosas e intencionales, bien sea para respirar, para enmarcar alguna frase o para escuchar al público. De esta forma, se identifica que, en algunas palabras o frases cortas, realiza entonaciones especiales, por ejemplo, al pronunciar “(...) al doctor que los curó del cáncer (CNN, 2024, 12m10s)”, aumenta levemente el tono, presuntamente para dar claridad frente a la analogía que está utilizando. También, a lo largo del fragmento analizado, hace notar algunas palabras, que le permiten resaltar la idea, de que los gobiernos anteriores al suyo empeoraron la situación del país, por lo tanto, deslegitima sus acciones y, de forma indirecta, legitima las suyas.
El discursante deja percibirse un nivel de control de la voz que le posibilita jugar con la velocidad o disminución del ritmo, pero también aumentar o no la fuerza ejercida en el tono. Al pronunciar “(...) ustedes valientemente decidieron no escucharlos y defender incondicionalmente las decisiones que se estaban tomando (...) logramos los mejores resultados que ni nosotros mismos hubiéramos soñado (CNN, 2024, 15m28s)”, el hablante realiza un incremento en el tono de la voz y mantiene un ritmo constante con el que buscaría legitimar sus acciones y medidas como gobernante, haciéndolas ver como efectivas a partir del resto del entramado del discurso, y busca mostrar a la ciudadanía como ejemplar al acatar las medidas y estrategias del gobierno. Así mismo, con el cambio en la rapidez con la que hila y pronuncia ciertas expresiones, como que se deben seguir las indicaciones “sin titubear (CNN, 2024, 14m43s)”, ratifica la importancia de esta indicación para el público en su narrativa.
En segundo lugar, desde el análisis paralingüístico se identifica que Bukele genera expectativa al realizar pausas intencionales, vacías y cortas, y que, con la capacidad de manejo de la voz que posee, junto con el tempo lento-medio que utiliza, puede encuadrar su mensaje. Así, realiza pausas interesantes, que permiten escuchar la animación de su público. Una de ellas, es una pausa llena, porque la rompe con una risa en tono bajo y continúa adentrándose en su analogía con la frase “(...) La sociedad salvadoreña es como una persona enferma (CNN, 2024, 12m23s)”, haciendo énfasis en la relación que pretende establecer entre el país y sus situaciones problemáticas y la enfermedad.
Además, pueden describirse otras dos pausas que llaman la atención durante la siguiente oración: ´
(...) Problemas en economía, en salud, en educación, en infraestructura, en empleo, en vivienda y en una larga lista. [PAUSA] Pero hace más de 30 años apareció una enfermedad más grave y más urgente: el cáncer de las pandillas, que se volvió en ese momento lo más urgente de resolver. Y todos recordamos eso. [PAUSA] (CNN, 2024, 12m36s)
La primera, es cuando termina la enumeración de la lista de problemas, pues se puede suponer que se da al público la oportunidad de pensar en esa “larga lista” de problemáticas que el orador no alcanza o prefiere no pronunciar, pero que asegura con claridad su existencia; y que a su vez busca que se instalen en el imaginario colectivo mientras hace su intervención.
La segunda pausa es al finalizar la frase, momento en el que además acelera el tempo a medio - rápido y utiliza un tono sutilmente elevado, para luego, durante 16 segundos, hacer una pausa intencional y vacía que le permite realizar un paneo visual y corporal a su audiencia; así como respirar, descansar y beber agua antes de continuar con su intervención.
El presidente Javier Milei se dirige a su público a través de un discurso que busca resaltar la grandeza del país, y su importancia en un contexto de posguerra del siglo veinte, reafirmando el poder y el reconocimiento con el que ha contado la nación; y generando, al mismo tiempo, un contraste entre el pasado y el nuevo destino. Para ello, hace uso de diversas figuras retóricas en las que también busca ratificar su papel como líder y hacer ver que él es el héroe que por tanto tiempo ha necesitado el país.
En este sentido, el hablante menciona:
Para principios del siglo XX, éramos el faro de luz de Occidente (punto de referencia), nuestras costas recibían con brazos abiertos a millones de inmigrantes que se escapaban de una Europa devastada en búsqueda de un nuevo horizonte de progreso. (Libertad Digital, 2023, 3m00s)
Hace uso de una metáfora arquetípica, el Faro de Luz, para un sinnúmero de emigrantes que llegaron en momentos de posguerra.
Con este apartado quiere dar a entender que el país es un territorio de bonanza, riqueza y esperanza para todos los ciudadanos que lo habitan, al tiempo que trata de vender la idea mesiánica de que la Argentina es una especie de “paraíso en la tierra”, que ha perdido su rumbo y que se debe encauzar, y un ejemplo de generosidad histórica para el mundo, como el país para todos, donde se vende la idea discursiva de un país amplio, diverso, sin problemas étnicos; buscando, además, legitimar su posición indirectamente como héroe y ejemplo al estar al frente de uno de los países referentes para el mundo.
Seguido a esto, y para hacer una comparación retórica entre el pasado y el presente de la nación, Milei afirma:
(…) Señores, ese modelo ha fracasado. Ha fracasado en todo el mundo, pero en especial ha fracasado en nuestro país. Así como la caída del muro de Berlín marcó el fin de una época trágica para el mundo, estas elecciones han marcado el punto de quiebre en nuestra historia. (Libertad Digital, 2023, 4m20s)
Al referirse al fracaso del modelo, establece que el grupo político (el kirchnerismo, la clase política tradicional que Milei señala como la casta) es enemigo de la nación, es decir, que la ideología de izquierda es el enemigo y que, por tanto, hay que modificarlo, acabarlo o destruir todo para iniciar un nuevo proceso. Al mismo tiempo, hace uso de una hipérbole, comparando la caída del Muro de Berlín con el tránsito hacia su nuevo gobierno, enfatizando una vez más en la grandeza de la nación.
Para Debray (1995) este tipo de argumentos les pueden dar a estos líderes la justificación para tomar medidas represivas, limitar las libertades civiles y desviar la atención de problemas internos y tomar decisiones económicas en contra de un sector social. También, advierte Debray, que la propaganda juega un papel crucial en este proceso, amplificando la amenaza percibida y demonizando al “enemigo”. (Debray, 1995)
Igualmente, para destacar su heroísmo y ejemplaridad como fuente de autoridad dentro del Estado, considerados elementos esenciales dentro de la autoridad carismática planteada por Weber (1962), el hablante compara su elección con un punto de quiebre en la política de la Argentina, según él, donde su elección es el final de la crisis política y económica que sufre la nación. Al comparar de manera categórica su elección con el fin de la segunda guerra mundial y el inicio de una nueva era, hace uso de todos los medios disponibles para persuadir a su público, en términos de lo que plantearía Aristóteles dentro de la retórica.
Adicionalmente, en este párrafo aparece la idea de Nación y la cuestión nacional o el Nacionalismo, que para Hobsbawn y Gellner (1990, p.17) se entiende como un principio que afirma la unidad política y lo nacional como un todo congruente, dando a entender que el deber político Ruritanos (país imaginario de Euro que aparece en todas las novelas) con la organización política que engloba y representa a la nación, se impone a todas las demás obligaciones públicas, y en los casos extremos, tales como la guerra, a toda las otras obligaciones, del tipo que sean. Esto, concluye Hobsbawn (1990-2020, p. 16-19) diferencia el nacionalismo moderno de otras formas menos exigentes de identificación nacional o de grupo que también se encuentran.
En términos del discurso, es importante señalar que Milei estructura un principio nacional basado en la gloria del pasado, la crisis del presente y la esperanza heroica de que él traerá nuevamente el futuro fructífero para la Argentina. Ese punto de inflexión en la política argentina, donde el orador es lo nuevo y el punto de reinicio, se puede asociar con aquello planteado por Van Dijk (2000), donde se identifica que hay un elemento de “carácter carismático” que apela al heroísmo y una legitimidad que se fundamenta en la efectividad de poder y obediencia; en este caso, la idea de representación de la nación, liderada por Milei y su gobierno, como el héroe y líder ejemplar que toma las riendas del país dejando de lado el fracaso que deja la casta.
Por otra parte, el presidente hace uso de una metáfora para referirse al problema de seguridad que vive la nación, así como de hipérboles para llevar al punto máximo su argumento sobre el manejo de las fuerzas de seguridad que han dado los otros gobiernos de izquierda:
En materia de seguridad, Argentina se ha convertido en un baño de sangre, los delincuentes caminan libres mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas, el narcotráfico se apoderó totalmente de nuestras calles a punto tal que una de las ciudades más importantes de nuestro país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia. Nuestras fuerzas de seguridad han sido humilladas y maltratadas durante décadas, han sido abandonadas por una clase política que le ha dado la espalda a quienes nos cuidan. La anomia es tal que solo el 3% de los delitos son condenados. Se acabó con el siga-siga de los delincuentes (...). (LibertadDigital, 2023, 19m20s)
Al mismo tiempo, al utilizar la expresión baño de sangre, busca que se reconozca en el imaginario colectivo el caos y desgobierno generalizado que llevó al surgimiento de la violencia y el narcotráfico en ciudades como Rosario, apelando a tácticas propias de un líder carismático que tiene la capacidad de describir la realidad de su entorno en la estructura de su discurso a partir del uso de metáforas, para crear una realidad común; y que apela a la emocionalidad para la persuasión, en este caso, a partir de la indignación, la rabia y el miedo en todos los ciudadanos argentinos. Su denuncia en tono de indignación, como constante en este apartado, revela una debilidad en las instituciones del Estado argentino, dando a entender que todo está en crisis y que el caos reina en las calles de la Argentina, como un punto máximo de su expresión semántica.
De esta forma, se gesta una idea alrededor del principio del “enemigo único”, entendida como una estrategia política y social donde un líder, partido o gobierno identifica a un enemigo común para unificar y movilizar a un grupo de personas en torno a una causa o ideología, en este caso, la inseguridad, que, en conjunto con la economía, encarnan el resultado de la crisis generada por la “casta”. Reafirma indirectamente la ejemplaridad de su liderazgo y deja en claro que en su gobierno se acabará la inseguridad y el “siga-siga de los delincuentes”.
Continúa así el orador haciendo uso de figuras retóricas al expresar a su audiencia:
El desafío que tenemos por delante es titánico, pero la verdadera fortaleza de un pueblo se mide en cómo enfrenta a los desafíos cuando se presentan y cada vez que creemos que nuestra capacidad para superar esos desafíos ha sido alcanzada, miramos el cielo y recordamos que esa capacidad bien podría ser ilimitada (...) El desafío es enorme, pero lo afrontaremos con convicción, trabajaremos sin descanso y llegaremos a destino (...). (LibertadDigital, 2023, 30m46s)
Hace uso de un principio metafórico, mostrando el desafío que tiene que librar para solucionar los problemas de la Argentina, pero también se basa en la idea nacionalista de la fortaleza de los argentinos y el heroísmo de la nación.
El argumento de Milei se basa, a su vez, en la exageración al expresar a través de una hipérbole que el desafío que debe afrontar la nación es titánico; lo que al mismo tiempo busca destacar, una vez más, la idea de que él los llevará a un destino, a un fin de las causas, cuando dice “pero lo afrontaremos con convicción, trabajaremos sin descanso y llegaremos a destino”, como ejemplo de liderazgo legítimo en el discurso.
Para finalizar, a partir de una metáfora arquetípica, el hablante expresa:
No es casualidad que esta inauguración presidencial ocurra durante la fiesta de Hanukkah, la fiesta de la luz, ya que la misma celebra la verdadera esencia de la libertad. La guerra de los macabeos es el símbolo del triunfo de los débiles por sobre los poderosos, de los pocos por sobre los muchos, de la luz por sobre la oscuridad y sobre todas las cosas, de la verdad por sobre la mentira, porque ustedes saben que prefiero decirles una verdad incómoda antes que una mentira confortable (...). (LibertadDigital, 2023, 31m21s)
Así, busca dotar de sentido divino el comienzo de su mandato, y permite identificar su gran sentido religioso en esta comparación dentro del discurso.
Indirectamente, muestra cómo los pasajes históricos del judaísmo se equiparán a la esperanza de su gobierno, las batallas que tiene que librar, relacionándolos directamente con su visión ideológica de la idea de la libertad. De esta forma, busca construir entre su público la imagen de un líder profético ejemplar, que va a ganar una guerra como la proeza de los judíos en la historia; una narrativa bíblica que busca dotar de sentido su misión de cambio como mandatario del pueblo argentino, y que tiene la legitimidad y la obediencia como fines últimos dentro del discurso a partir de su rol dentro del Estado.
Asimismo, frente a los elementos paralingüísticos presentes en los fragmentos del discurso de Milei, se logra identificar, a grandes rasgos, que el orador maneja su voz de forma estable con relación a la entonación, el tempo e incluso las pausas, siendo estas últimas en su mayoría vacías y silenciosas, cumpliendo una función demarcativa del cierre de una idea. En los fragmentos seleccionados para el análisis, se observa al orador leyendo el discurso, por lo que su mirada al público es esquiva y poco repetitiva, además su ritmo es lento-medio, guardando las proporciones de velocidad para ser comprendido.
En algunas frases y palabras puede notarse un leve cambio para alguno de los elementos; por ejemplo, en la frase: “Señores, ese modelo ha fracasado. [PAUSA] Ha fracasado en todo el mundo (…)” (LibertadDigital, 2023, 4m20s) Milei, acelera de forma sutil el tempo en el que habla y también eleva el tono de voz para resaltar la idea del fracaso del modelo, igualmente, realiza una pausa no solo para respirar, sino para enfatizar y continuar su intervención. Al finalizar esta idea, también se puede notar, una pausa silenciosa y larga, de casi 25 segundos, en los cuales, levanta la cabeza, observa al público y escucha la palabra que de a poco comienzan a vocear: “libertad”, como muestra de apoyo a su presidente.
Otro momento en el que Milei diversifica la entonación y aumenta levemente el ritmo de su intervención, es cuando menciona un dato: “La anomia es tal que solo el 3% de los delitos son condenados” (LibertadDigital, 2023, 19m55s); específicamente este cambio puede relacionarse a la importancia que le imprime el orador a la cifra frente al contexto que la acompaña y sobre el tema del cual habla, la seguridad. Adicional a esto, puede anotarse la pausa silenciosa que realiza al finalizar la idea, aprovecha para respirar y el público nuevamente, aplaude y expresa su apoyo y emoción.
Frente a la expresión “porque ustedes saben que prefiero decirles una verdad incómoda antes que una mentira confortable” (LibertadDigital, 2023, 31m48s), de forma tenue pero notable, Milei aumenta la rapidez de sus palabras y carga de tono especial las palabras que pronuncia, al tiempo que levanta y dirige su rostro al público, con el fin de dejar muy clara la postura que tiene frente a las mentiras, y este fragmento de discurso, lo termina con una pausa silenciosa y larga, que le permite respirar y continuar su intervención.
Al considerar el buen manejo de la voz de Milei durante su larga intervención, las pausas se vuelven relevantes, porque son esos pequeños detalles que enfatizan o no ideas, que permiten además interacción indirecta con la audiencia y que de alguna forma enmarcan un mensaje puntual. Si bien Milei no demuestra variaciones de magnitudes considerables en su entonación y en su ritmo, sí deja entrever momentos que utiliza para recuperar y enfatizar ideas.
Durante estos discursos de posesión, ambos mandatarios consolidan a partir de su narrativa una autoridad carismática, que influye en su legitimidad como gobernantes, utilizando como recurso principal las figuras retóricas en su entramado. En el uso de la analogía del “doctor que cura el cáncer” en el caso de Bukele para representar su gestión gubernamental, el mandatario se posiciona con un carácter heroico, de guía y salvación para la solución a los problemas más urgentes en El Salvador; así como lo logra hacer Milei al comparar su gobierno con hechos de gran relevancia mundial como la caída del Muro de Berlín y con los pasajes bíblicos del judaísmo, quien además será quien retome las riendas en seguridad y economía de la Argentina.
Con todo ello, los hablantes influencian la mente del público a partir de una imagen construida como líderes necesarios e indispensables, a partir del uso de figuras retóricas simples y comprensibles ante una ciudadanía que los hablantes conocen, y que logran establecer conexiones y relaciones de identidad y emocionalidad que repercuten en la comprensión de las ideas centrales del mensaje y la narrativa discursiva, facilitando la aceptación de sus liderazgos y sus políticas. Asimismo, la noción de un enemigo común, que se representa en ambos discursos alrededor del tema de la inseguridad y la economía, crea un sentido de identidad colectiva que refuerza la idea central de los discursos y solidifica la lealtad hacia el líder.
Adicionalmente, el conocimiento de sus audiencias les permite plantear las oraciones y su composición en función de ellas para persuadir y representar la ejemplaridad en sus liderazgos con virtudes propias del líder carismático con las que, además, relacionan directa e indirectamente las estrategias de gobierno implementadas en su primer mandato, en el caso de Bukele, y a implementar, para el caso de Milei, con su capacidad de solucionar, de guiar, de atender a la sociedad. Aquí, además, se suman aspectos que pueden señalarse, siguiendo a Weber (citado en Hermida, 2000), como “virtudes piadosas, (...) de cualidades como el heroísmo, la capacidad intelectual o la elocuencia, que despiertan una devoción leal en la guerra, en la política o en cualquier otra actividad”, para llevar a un plano imaginativo y reflexivo de sus receptores un mensaje de tranquilidad alcanzada por los resultados logrados, y de esperanza para el futuro de las naciones.
Asímismo, tienen influencia en esa autoridad carismática aquellas metáforas e hipérboles en las que destaca la fuerza divina, la guía de Dios y el judaísmo en lo que, se podría decir, es un objetivo de buscar y mantener la obediencia de sus ciudadanos frente a las decisiones que se tomen y se lleven a cabo por ambos gobiernos. Al mismo tiempo, se observa una manipulación en la percepción del éxito de sus políticas, para el caso de Bukele, buscando consolidar una imagen de progreso significativo que le permita justificar aquello que se ejecute en el futuro, y así mantener una autoridad y aprobación legítima; y el prestigio que le otorga su rol, el Estado y el pueblo.
Los elementos paralingüísticos, como la entonación, las pausas y el tempo, son utilizados estratégicamente por los discursantes para enfatizar sus puntos clave y mantener la atención del público. La entonación especial y las pausas intencionales y vacías no sólo subrayan la importancia de ciertas frases, sino que también permiten al público absorber y reflexionar sobre el mensaje transmitido. El paralenguaje permite al orador transmitir a la audiencia directa e indirectamente mensajes de seguridad, confianza, conocimiento e incluso de auto legitimación.
En general, ambos presidentes demuestran tener capacidades de oratoria, por un lado, tanto Bukele como Javier Milei mantienen un tempo lento-medio, una entonación neutra y realizan pausas vacías que responden a signos de puntuación; sin embargo, se identifican variaciones en estos tres elementos de forma estratégica, según la narrativa discursiva de los personajes para enfatizar, recalcar importancia, hacer llamados o conectar, desde la escucha y el reconocimiento de su audiencia.
De forma adicional, es importante recalcar que ambos discursantes manejan la voz de acuerdo con lo que quieren acentuar, pero, aun así, no se identifican cambios disruptivos mayormente notables en la forma en cómo pronuncian sus discursos. Esto puede relacionarse con la forma tradicional en que los personajes políticos son entrenados para intervenir en público, controlar la voz y la respiración, persuadir no solo con sus palabras sino con sus mensajes directos e indirectos y no verbales. Tanto Nayib Bukele como Javier Milei han destacado en el escenario político latinoamericano por sus decisiones y sus propuestas narrativas para gobernar; sin embargo, esta disrupción y reto a las democracias tradicionales parece no ir del todo en contra de lo socialmente aceptable, sobre todo en cuanto a pronunciación de discurso se refiere.
Lo anterior permite afirmar, entonces, que el uso de figuras retóricas y la paralingüística en el discurso político son elementos que terminan por influir en la percepción de legitimidad carismática del presidente Nayib Bukele durante la pronunciación de su discurso de posesión en el segundo mandato presidencial de El Salvador; así como durante el discurso de posesión del presidente Javier Milei en la Argentina. Las relaciones que los discursantes logran establecer con las redes mentales de su público a partir del uso de analogías, metáforas e hipérboles; así como un lenguaje no verbal sutil, pero preciso, van en función de consolidar una imagen de autoridad para desembocar en mandatos de obediencia; en la reafirmación de cualidades excepcionales de liderazgo; de capacidad de gestión; pero, además, de heroísmo al dar respuesta a situaciones que por muchos años afectaron a la nación, como aquellos relacionados con la inseguridad y la economía.
Todo ello se realiza apelando a lugares comunes y valores compartidos en la narrativa, como la cura de una enfermedad, la creencia en Dios y en las cualidades excepcionales y casi divinas de la nación, que persuaden hacia un sostenimiento de la lealtad de su pueblo hacia sus mandatos; y que pueden llegar a aumentar sus niveles de prestigio y legitimidad, más aun en contextos marcados por la presencia de ciudadanos, pero también de mandatarios y medios de comunicación nacionales e internacionales.
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Todos los autores participaron por igual de la elaboración del trabajo, aprobaron la versión final para publicar y son capaces de responder respecto de todos los aspectos del manuscrito. Los autores manifiestan no tener conflicto de interés alguno.
[1] Ver anexo: corpus elegido para el análisis del discurso. Ver discurso posesión Nayib Bukele: https://www.youtube.com/watch?v=Sh_OGvQx4cA 5f0 (minutos 12:07 a 15:56, revisado 7/02/2025).
Ver discurso posesión Javier Milei: https://www.youtube.com/watch?v=_L3P8Cc-5f0 (revisado 7/02/2025)
[2] Se debe tener en cuenta que se realiza una descripción numérica desde la metodología de análisis del discurso, por lo que no se realiza una totalización ni cálculo numérico en el proceso de análisis.