Austral Comunicación
ISSN(e) 2313-9137
Volumen XII, número 1- Junio de 2023
Grieta. Entre el relato y la conversación. Comunicación política argentina, del 2001 a la pandemia
Buenos Aires: Biblos, 2023
ISBN 978-987-814-104-6
DOI: https://doi.org/10.26422.aucom.2023.1201.alv
RESEÑA
Audaz, por la combinación de paradigmas de análisis y modelos teóricos, más síntesis superadora que combinación. Profunda en tanto el texto también podría considerarse un libro de filosofía de la comunicación, así como una mirada a la realidad en clave comunicativa desde la perspectiva privilegiada y principal del análisis del discurso, un área de trabajo e investigación en el que Fernández Pedemonte se desempeña desde hace 35 años.
En esta obra, el autor compara dos modelos de comunicación gubernamental completamente distintos, aunque relacionados, casi el segundo de ellos como respuesta al primero. Por una parte, el modelo del kirchnerismo en las presidencias de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2011-2015). Por otra parte, el modelo de comunicación política durante el gobierno del presidente Mauricio Macri (2015-2019).
El primero se presenta como un conjunto de estrategias discursivas orientadas a instalar un relato interpretativo de la realidad en clave de un conflicto que no puede (y tal vez no quiere) resolverse, y desde el que se afirma la identidad del gobierno, siempre en clara oposición a otros sectores sociales, políticos, y sobre todo económicos (incluidos los medios), a los que el gobierno asocia al “poder real” en la Argentina, y de cuyos oscuros intereses debe proteger a los ciudadanos. En este sentido, el kirchnerismo se trata de un modelo de comunicación en el que se encuentra implícita la premisa de una teoría de los efectos de los medios obsoleta y completamente superada, no sustentada en el presente por ninguna evidencia empírica, más cercana al paradigma de la comunicación de masas. Este es un fundamento de la crítica a esos medios de comunicación, señalados como acérrimos opositores al gobierno, que no estarían sino manipulando a la ciudadanía en su contra, y cuya presunta nefasta influencia se busca superar acudiendo a estrategias como las reiteradas cadenas nacionales.
En el otro extremo, se presenta la estrategia de comunicación gubernamental de Mauricio Macri, fundada en el marketing, que trató de proponer frente al relato omnipresente del kirchnerismo un modelo basado en la conversación. Además, su estrategia se diferencia por una comprensión del carácter activo de las audiencias, y de que el escenario de la comunicación es más el de las redes sociales y no tanto ni primeramente el de los medios tradicionales,
“La política produce textos” (p. 11) y a ellos se remite Fernández Pedemonte en su análisis exhaustivo, a discursos de los distintos presidentes en momentos decisivos de sus respectivos gobiernos. Según el autor, estos discursos operaron a modo de hitos comunicacionales en los que quedaron sentadas las bases de cada modelo de comunicación gubernamental y de su gestión.
Como no podía ser de otro modo, y tras analizar casi dos décadas de discurso político en el país, el concepto de grieta se hace omnipresente “como una abertura infranqueable y extensa, y como metáfora se refiere a las visiones innegociables que atraviesan diversos ámbitos de la vida social” (p. 12) lo que le posibilita al autor hace girar esos dos modelos de comunicación contrapuestos en torno a este concepto.
Por lo que respecta al modelo de relato del kirchnerismo, los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner no solo renovaron la agenda y al enemigo, sino también “disputaron con los medios de comunicación la gestión de las representaciones sociales” (p. 13). En lo que se refiere al modelo conversacional que Macri trató de imponer, Fernández Pedemonte demuestra con claridad cómo este adoptó su marco teórico del marketing y, a partir de ahí, “conceptualizó a la audiencia como agregado de individuos desmovilizados políticamente e interpelados por eslóganes aspiraciones y meritocráticos” (p. 14).
El kirchnerismo, con un origen mítico en la crisis del 2001, fue capaz de incluir el concepto de gesta como nudo de su relato para terminar logrando que el populismo mismo fuese ese relato, una metáfora cuya eficacia cognitiva el autor analiza con profundidad. A lo largo del texto el populismo se presenta como “una forma de articulación política basada en la construcción discursiva a partir de la relación entre demandas populares insatisfechas que tienden a unificarse contra un poder hegemónico y excluyente” (p. 33), una articulación que concede al relato kirchnerista una dimensión ética al plantearse siempre del lado de los más débiles, del lado de las víctimas, dimensión que el modelo conversacional del macrismo nunca fue capaz de conseguir, de ahí en parte una de las explicaciones de su menor eficacia y hasta de su fracaso.
Una vez expuestos los rasgos predominantes del modelo de comunicación gubernamental del kirchnerismo, el autor procede a analizar el caso Nisman como caso posmediático y conmocionante -como lo fuera la crisis de 2001-, pero dilucidado ahora por fuera de la arena convencional de los grandes medios de comunicación. A partir de este, trata de dar respuesta a la pregunta de “si en el nuevo entorno mediático digital ha cambiado la estructura y el impacto social del caso mediático conmocionante” (p. 97), pregunta a la que Fernández Pedemonte responde que el caso Nisman es un ejemplo de la mediatización posmediática y que, por lo tanto, hay en él notas que lo diferencian de los antecesores y que marcan un nuevo protagonismo de las audiencias. Así se configura como un escenario propicio para el modelo de comunicación que vino a proponer Mauricio Macri, un modelo basado en la conversación que resultó, como el autor titula el quinto capítulo de la obra, “la conversación fracasada” (p. 151).
En ese capítulo, la propuesta consiste en conceptualizar la conversación como dispositivo conceptual emergente y alternativo al del relato “desde la pragmática del discurso, la comunicación digital y el management” (p. 151). Así concluye en que ese fracaso de las estrategias de comunicación, el fracaso de la comunicación tal y como había sido propuesta, no le quedó como corolario sino para comunicar el fracaso de un gobierno que defraudó casi todas las expectativas que había generado. De hecho, así lo resalta el autor: “Gobernar es poder gobernar (…). En política, la comunicación no aparece al final, como publicidad de los actos de gobierno, sino al principio. Es una condición de la política” (p. 168), y esto es algo que Mauricio Macri parece no haber conseguido al no ser capaz más que de convertir su discurso en “un epifenómeno del kirchnerismo, un contradiscurso, una formulación a contrario del relato populista” (p. 173).
El libro finaliza con una coda en la que se analizan los modelos de comunicación del presidente Alberto Fernández (2019-) durante la pandemia desde el paradigma de la gestión comunicacional de la crisis y con el contexto teórico de una comunicación gubernamental en un sistema híbrido de medios.
En síntesis, Fernández Pedemonte viene a añadir un hito original, riguroso y profundo al ámbito del análisis académico de la comunicación política de gobierno, un espacio dominado durante décadas por la comunicación política electoral. Grieta. Entre el relato y la conversación, resultado de años de trabajo, es ya un libro de lectura imprescindible no solo para quienes quieren comprender qué ha ocurrido en la comunicación política argentina en los últimos 20 años, sino también para quienes aspiran a disponer en el primer cuarto del siglo XXI de un modelo teórico de análisis de la realidad de la comunicación política gubernamental mucho más fecundo que los anteriores. Y mucho más claro, que no es poca cosa.
Carlos Álvarez Teijeiro
Escuela de Posgrados, Facultad de Comunicación, Universidad Austral, Buenos Aires
calvarez@austral.edu.ar
https://orcid.org/0000-0002-1917-3492
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