Austral Comunicación
ISSN 2313-9137
Volumen XII, número 2-Diciembre de 2023.
Luis Yaim Martínez Acebal*
https://orcid.org/0000-0002-9195-367X
Departamento de Comunicación, Universidad Iberoamericana. Ciudad de México, México.
luis.martinez22@correo.uia.mx
Fecha de finalización: 27 de abril de 2023
Recibido: 5 de mayo de 2023
Aceptado: 11 de octubre de 2023
DOI: https://doi.org/10.26422/aucom.2023.1202.mar
Resumen
A pesar de que los estudios sobre integración regional en América Latina han sido ampliamente abordados desde la Ciencia Política, en materia de comunicación subsisten argumentos que aún no resultan explotados sobre la representatividad que asumen los gobiernos regionales sobre este tema. En este contexto, y tras un impasse de tres años, se celebraron, en septiembre de 2021 y enero de 2023, la VI y VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con altas expectativas por las condiciones políticas, sociales y económicas en que se retomaban estos encuentros. Por tanto, a partir del acercamiento a la sesión plenaria de ambos eventos, analizamos cómo los inicios y cierres discursivos de los presidentes regionales, en ambas cumbres, manifiestan el compromiso con la integración latinoamericana. En este propósito, se combinan los análisis de contenido y del discurso en un corpus que abarcó 18 intervenciones de la cita en Ciudad de México 2021, y 12 de la celebrada en Buenos Aires 2023. Los resultados demuestran que existen agrupaciones temáticas que determinan las intenciones de los mandatarios de la región para con un proyecto tan ambicioso y en crecimiento como es la CELAC.
Palabras clave: integración, análisis del discurso, análisis de contenido, CELAC, comunicación.
Abstract
Despite the fact that studies on regional integration in Latin America have been widely approached from the perspective of Political Science, there are still unexploited arguments on the representativeness of regional governments on this issue in the field of communication. In this context, and after an impasse of three years, the VI and VII Summits of the Community of Latin American and Caribbean States (CELAC) were held in September 2021 and January 2023, with high expectations due to the political, social and economic conditions in which these meetings were resumed. Therefore, from the approach to the plenary session of both events, we analyze how the opening and closing speeches of the regional presidents, in both Summits, show the commitment to Latin American integration. For this purpose, we combine content and discourse analysis in a corpus that included 18 speeches from the Mexico City 2021 Summit and 12 from the Buenos Aires 2023 Summit. The results show that there are thematic groupings that determine the intentions of the region's leaders towards such an ambitious and growing project as CELAC.
Keywords: integration, discourse analysis, content analysis, CELAC, communication.
Discursos de abertura e encerramento da análise da integração latino-americana nas 6ª e 7ª Cúpulas da CELAC
Resumo
Apesar de os estudos sobre a integração regional na América Latina terem sido amplamente abordados sob a perspectiva da ciência política, ainda há argumentos inexplorados no que diz respeito à representatividade dos governos regionais sobre esse tema no campo da comunicação. Nesse contexto, e após um impasse de três anos, as VI e VII Cúpulas da Comunidade de Estados Latino-Americanos e Caribenhos (CELAC) foram realizadas em setembro de 2021 e janeiro de 2023, com grandes expectativas devido às condições políticas, sociais e econômicas em que essas reuniões seriam realizadas. Portanto, com base na abordagem da sessão plenária de ambos os eventos, analisamos como os discursos de abertura e encerramento dos presidentes regionais em ambas as cúpulas demonstram seu compromisso com a integração latino-americana. Para isso, combinamos análise de conteúdo e de discurso em um corpus de 18 discursos da Cúpula da Cidade do México 2021 e 12 da Cúpula de Buenos Aires 2023. Os resultados mostram que há agrupamentos temáticos que determinam as intenções dos líderes da região em relação a um projeto tão ambicioso e crescente como a CELAC.
Palavras-chave: integração, análise de discurso, análise de conteúdo, CELAC, comunicação.
América Latina es un subcontinente conformado, en su mayoría, por sistemas presidencialistas, que amparado por los procesos políticos que algunos países de la región están atravesando, propician una ventana de oportunidad para discutir sobre las ambivalencias que se presentan en cuestiones a nivel macro, como es la integración latinoamericana. Esta reflexión toma como base que los cambios en las jefaturas de gobierno le dan a la pretensión de unidad regional diferentes alcances, perspectivas e intereses que se reflejan en el compromiso de los líderes hacia los logros de estos objetivos.
Por ejemplo, desde la Ciencia Política hechos como la instalación de la Asamblea Constituyente en Chile, la inestabilidad en el asiento presidencial peruano, las críticas al actuar del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, los problemas de la violencia en Centroamérica y México, las constantes denuncias de violaciones a derechos humanos en Nicaragua, Venezuela y Cuba, entre otros patrones recientes, han servido de argumento para “reflexionar sobre el funcionamiento y viabilidad de los sistemas presidenciales en nuestra región” (Olivares et. al., 2022, p.1). Sin embargo, a nivel comunicativo subyacen argumentos que aún no resultan explotados sobre la representatividad que asumen los gobiernos regionales para trabajar en objetivos comunes como es la integración.
La comunicación, como acto performativo del hablante, advierte sobre el ejercicio de los gobernantes y ayuda a elaborar libremente una forma de pensamiento que corresponde con el actuar en relación con determinado gobierno. Esta cuestión añade matices a la actividad discursiva misma y se centra fuertemente en los dominios de expresión, acción y desarrollo. Por lo que, dentro de este ámbito, la comunicación va a adquirir un papel trascendental, cuyas funciones son informar, interpretar y mediar intereses, en forma de acciones que se transmiten como mensajes a la sociedad (Montes et al, 2011). Y en este caso, no va a importar el sentido del acto (ya sean mítines, elecciones, rendiciones de cuentas, entre otros), lo que va a interesar es que existe una oferta informativa que demanda del interés de los actores regionales en cuanto a la integración.
En este escenario, este estudio busca contribuir a un análisis de la región, desde el punto de vista de la comunicación presidencial, tomando como ángulo de estudio las dos últimas reuniones de alto nivel de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebradas en Ciudad de México (septiembre de 2021) y Buenos Aires (enero de 2023), para responder: ¿cómo en los inicios y cierres de discursos, en la VI y VII Cumbres de la CELAC, los presidentes regionales manifiestan el compromiso con la integración latinoamericana?
Para contestar a esta interrogante se propone una división del trabajo en tres secciones. En un primer momento esbozaremos las características principales de la CELAC en los últimos cinco años, período que recoge el impasse de sus reuniones al más alto nivel, así como haremos las referencias al contexto internacional. En la segunda parte, abordaremos los supuestos conceptuales y epistémicos que, desde el análisis del discurso político, podemos utilizar para la comprensión de los actuales procesos integracionistas. En tercer lugar, valoramos la CELAC como un mecanismo de unidad regional a la luz de los nuevos tiempos, utilizando las propias voces de los protagonistas.
En este contexto, las ideas agrupadas en este trabajo buscan contribuir a la discusión promoviendo diferentes reflexiones sobre las variadas formas en que se expresa la integración por parte de los presidentes. El objetivo es expandir este debate al ámbito de la comunicación para que en una perspectiva macro comprendamos que los cambios que se presentan en las casas presidenciales de cada país repercuten en el lenguaje y la idea de la integración latinoamericana.
El 18 de septiembre de 2021, la Ciudad de México fue sede de la VI Cumbre de jefes de Estado y/o Gobierno de la CELAC, amparada de una gran expectativa por parte de los líderes regionales y los mecanismos de concertación creados a nivel global, en específico con la Unión Europea y China. La reunión en la capital mexicana se realizaba luego de tres años de un impasse condicionado por “la falta de interés y diálogo en temas de cooperación regional” (Peimbert, 2020, p. 62).
Aunado a ello, se hicieron mayúsculos los distanciamientos políticos, que derivaron “en una ausencia de representación política para continuar con el trabajo” (Peimbert, 2020, p. 55) de crear un espacio de sentido común, en el que la realidad de la región fuera vista con lentes de solución más que de conflicto. Por ello, durante las presidencias pro tempore de El Salvador (2018) y de Bolivia (2019) este tipo de eventos dejó de celebrarse. La posición no concordada por reconocer el poder político en Venezuela (Sanahuja, 2014), mientras se desataba una condena, por la comunidad internacional, a las acciones del presidente de Nicaragua por su abuso a los derechos humanos (Fernández y Romero, 2019), fueron también detonantes de estas ausencias.
También, fuera de América Latina, se ampliaban las tensiones por la supremacía global, sobre todo entre Estados Unidos, China y Rusia. No menos importante fueron las restricciones que impuso la crisis sanitaria que derivó en el aislamiento social provocado por la pandemia de COVID-19 que perjudicó, entre otros casos, a un gran número de industrias del sector comercial, el cual representa el 58% de la contribución del Producto Interno Bruto mundial, y el 47% en la región de América Latina y el Caribe, según datos del Banco Mundial (2022).
Con ello como lastre, a la mesa de debate mexicana llegaron estos temas bajo el prisma de nuevas visiones. La gran mayoría de los estados de la región había cambiado de líderes en el gobierno, y en suma importancia, de partidos con diferentes ideologías que la de los fundadores de la CELAC. En México, país anfitrión, la victoria de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2018 trajo al poder al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), con ideas de centroizquierda y el interés por emprender una transformación, enfocada en el combate a la corrupción y la pobreza. Mientras, el mismo año en la Argentina, la llegada de Alberto Fernández a Casa Rosada se veía con optimismo ante una América Latina que había perdido el color rosa progresista que por década y media la acompañó, con gobiernos pertenecientes a la familia ampliada de la izquierda (Natanson, 2021; Tola, 2022).
Por su parte, el Cono Sur, excluyendo a la propia Argentina, estaba marcado por “líderes de derecha tradicional (Sebastián Piñera, Luis Lacalle Pou), de derecha extrema (Jair Bolsonaro) e incluso de facto (Jeanine Áñez), con un Donald Trump agresivo e imprevisible todavía ocupando la Casa Blanca” (Natanson, 2021, p. 1). Asimismo, Cuba, Venezuela y Nicaragua, más algunas islas del Caribe, eran los que mantenían las mismas fuerzas partidistas en el poder, pero sumidas a una exclusión en la región por parte de los diferentes gobiernos de derecha.
Para 2023, la cita de la CELAC en Buenos Aires se produjo en momentos de tensión para la subregión de Sudamérica, protagonizada por las protestas sociales en Perú, tras la destitución y detención del expresidente Pedro Castillo y el descontento popular ante la asunción de la vicepresidenta Dina Boluarte. Asimismo, en Bolivia también se vivían manifestaciones tras la detención del líder opositor y gobernador de la provincia de Santa Cruz, el derechista Luis Fernando Camacho, quien fuera uno de los principales protagonistas de las protestas que forzaron la dimisión de Evo Morales a la presidencia boliviana en 2019. No obstante, para muchos analistas “el aspecto más destacado del cónclave regional fue el regreso de Brasil, luego de que en enero de 2020 Jair Bolsonaro decidiera retirar a su país del foro” (Frenkel, 2023, p. 1). La importancia del regreso del país más extenso y poblado de la región quedó resumida por el anfitrión y presidente de Argentina Alberto Fernández en el discurso de bienvenida como: “una CELAC sin Brasil es una CELAC mucho más vacía” (Centenera, 2023, p. 1).
Ante estos escenarios, los procesos de integración que había asumido la región tomaron nuevos aires. Fue de vital importancia el acuerdo de la mayoría de líderes latinoamericanos para reunirse y sacar a la CELAC del letargo en que había estado sumida. Bajo esta perspectiva, la idea de integración cobraba un sentido más apremiante, con la ambivalencia que impregnan los cambios políticos. Y es que, desde su fundación, la CELAC se ha enmarcado “en una nueva época de integración, que ha sido profusa en estudios teóricos para definir sus contornos, identificar similitudes y establecer patrones comparativos desde la política y la economía con otros bloques regionales” (Díaz Galán y Bertot Triana, 2017, p. 48). En ese sentido, las investigaciones antecedentes se han encargado de identificar varias representaciones discursivas en torno a la CELAC, sobre todo en las Declaraciones Finales que emergen de estos eventos. Hay en ellas una voluntad de concretar acciones en pos de la integración, pero representan letra muerta cuando comparamos los debates que se suscitan en las mesas donde están sentados diferentes jefes de Estado y/o Gobierno, que representan posturas divergentes en la región.
Como catalizador, la integración latinoamericana del siglo XXI se ha asociado típicamente a manifestaciones de regionalismo “posliberal”, “poscomercial” y “poshegemónico”, en el sentido en el que se busca recuperar autoridad regional en materia de políticas públicas y, en algunos casos, para lograr formas de protección social. Tal erudición, no está nada alejada de las conveniencias que se vivieron en los períodos iniciales de la CELAC.
CELAC se convirtió en un mecanismo interesante para llevar adelante observaciones comparadas con propuestas similares como la Unión Europea (Wachter Soza, 2018). Una visión de estudio desigual que recibió el apoyo de algunos académicos y el rechazo de otros tantos, por las distinciones que se presentan en uno y otro lugar. Por su parte, una propuesta como la de “regionalismo poshegemónico” (Serbin, 2014; Sanahuja, 2014; Brutto y Minutti, 2017) ha dominado los análisis de este organismo, con la finalidad de describir los procesos de integración que han sucedido en el subcontinente a partir del siglo XXI, como reverso a toda la realidad vivida en la región con las políticas neoliberales de la década de 1990.
Sanahuja defiende que la integración en aquellos primeros años estuvo marcada por “la búsqueda para promover una mayor participación de actores no estatales y la legitimación social de los procesos de integración” (2012, p. 33). Roberto Miranda es más incisivo en su argumento, pues cree que dentro de la sensatez de la integración hubo contradicciones, derivado de “la retórica integracionista y el uso del multilateralismo” (2011, p. 45). Serbin (2014), por su lado, agrega que existía una “politización de la agenda regional y un desplazamiento de los temas comerciales y económicos como ejes de la integración, un marcado 'retorno del Estado' tanto en las relaciones exteriores como en las políticas sociales y de desarrollo” (p. 54). En conjunto, estos autores establecen un mapa histórico ideal de la integración de principios de siglo y esbozan una hoja de ruta para sostener las contribuciones desde la Ciencia Política.
Precisamente, Riggirozzi y Tussie (2018) observan una oportunidad dentro del espacio latinoamericano para obtener nuevos consensos políticos que van desde lo nacional a lo regional, recuperando la autoridad en materia de políticas públicas. Una variante interesante en esta propuesta es la autonomía y el respeto que se plantea para el organismo, que busca dejar de lado los intereses de Estados Unidos o de cualquier otra potencia en esta región. A eso se refieren, de manera sucinta los pensadores del “regionalismo poshegemónico”. Sin embargo, la debilidad de esta idea radica en la posición en que se ubica y en el análisis a cuadros de la realidad que se analiza. No cabe dudas de que la CELAC en su momento abogó por esos entendidos, pero, como señalan algunos autores, el bloque aspira más a defender sus intereses políticos independientes, en el cual busca ser un contrapeso en las decisiones tomadas por gobiernos más liberales y de derecha.
Un concepto más explicativo del desempeño de la CELAC lo podemos encontrar en la integración, que además es una de las ideas mejor manejadas en la voz de líderes nacionales y acuerdos macro que se impulsan desde este mecanismo. El tratamiento a este concepto lo ha llevado por varios caminos en América Latina. Tanto es así, que al evaluar los desafíos de esta construcción teórica para la región Ana Mirka Seitz (2010) define la integración como “el proceso por el cual unidades políticas diferenciadas van organizando estructuras comunes y unificadas de decisión” (p. 2), en el que las tradiciones, acuerdos y perspectivas del pensamiento juegan un rol fundamental. En consonancia, Aravena (2012) explica que “la integración es un camino para posibilitar que mejoren las condiciones de la inserción internacional, para ampliar y consolidar el desarrollo otorgándole sustentabilidad –y a la vez mejorar el bienestar de la población– y para afianzar la estabilidad y la paz” (p. 16).
Pero en ese camino, la idea de integración ha sido para América Latina más una utopía que una realidad. Los propios efectos que esta variable ha tenido sobre los estudios de la región explican el desarrollo de aspectos trascendentales, como las relaciones entre Estados y las posibilidades de un intercambio regional. Por desgracia, otras causas también aplican para comprender la contradicción integracionista latinoamericana. Ellos son: los golpes de Estado, las intervenciones extranjeras a la soberanía de los países latinos, la discrepancia entre países sobre los procesos formales de gobernabilidad, los marcos de derecho internacional en los distintos países de la región, algunos convenios perjudiciales a causa de financiamientos externos para combatir crisis económicas, y la presencia radical de ideologías de derecha como de izquierda. Muchas de ellas aún amenazan los procesos que llevan al camino de la integración.
El propio Aravena (2012) señala una fragmentación con consecuencias negativas dentro de América Latina que la hace particularmente “vulnerable al impacto de la globalización, le impide percibir los frutos de los aspectos positivos y abre mayores espacios para el influjo del lado oscuro de la globalización” (p. 17). Esta condición rompe con uno de los objetivos esenciales que persigue la integración, que es construir una voz común en áreas sustantivas que permitan el logro de objetivos propuestos, y que tiene sus raíces en la constitución de proyectos políticos estratégicos a través de un consenso común de pensamiento y sentimiento.
La región es proclive en ejemplos. Durante los tres años de impasse de la CELAC, varios procesos de integración han estado marcados por el debilitamiento o la debacle de sus intenciones, a la par que fueron tiempos para crear o consolidar otros. Por ejemplo, tres potencias de Norteamérica aprovecharon para modificar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y convertirlo en Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC), en medio de un escenario de tensiones entre el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) y México. Por otro lado, el MERCOSUR ha mostrado signos de debilidad, consecuencia del poco interés que la economía más importante del bloque, Brasil, puso sobre él en el período bolsonarista.
Las Comunidades Andina y del Caribe han mantenido un trabajo más activo, pero, de igual forma, se ven afectadas por los convulsos escenarios políticos y sociales. Acuerdos de corte más político como UNASUR han sufrido los embates de gobiernos de derecha y la casi desarticulación de sus estructuras por alianzas, como el Grupo de Lima o PROSUR, que han encontrado motivo de actuación, más allá de su guerra contra Venezuela. Por su parte, ALBA-TCP, en un contexto económico de máximas carencias generadas por sanciones y bloqueos, ha logrado articular algunas medidas para paliar el avance de la pandemia de COVID-19 (Romano y Lajtman, 2021), pero sigue siendo un mecanismo carente de emoción dentro del mapa continental, donde no logra sobrepasar el marco de actuación en su escaso grupo de miembros. Más reciente, se encuentra una espiral de conflicto en la Alianza del Pacífico, con tensiones entre los gobiernos de Colombia y México por el reconocimiento de la presidenta de Perú Dina Boluarte (Gómez, 2023).
La lógica conceptual, acompañada por la praxis cotidiana nos indica que la idea de integración es heterogénea a la idealización gubernamental. Las políticas que acompañan este empeño pasan por el ciclo de poder que asumen diferentes personas, partidos o movimientos dentro de los países latinoamericanos. Si bien los estudios reconocen una importancia trascendental en la integración, dividida en los diferentes aspectos que median la actividad social, dígase economía, política, comercial y hasta solidario, un modelo promovido por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, con el cual alentaba “la complementariedad y la cooperación, y que en su evolución ha incluido temas de integración económica (Briceño Ruiz, 2013, pp. 15-18), aun así se hace oportuno relacionarlo con el desafío que representan las condiciones que acompañan el desarrollo de América Latina hoy.
La discusión anterior apuntó a la capacidad generalista del concepto de integración, sugiriendo que el carácter integracionista de un período puede ser variable, representando continuidad o resquebrajamiento comparada con otro tiempo. El cambio de actores que asumen los roles fundamentales de actuación para llevar adelante una política de integración, acompañado de la evaluación de los contextos hacen mella con las lógicas semánticas en que esta acción se convierte en cualquier condición histórica, cultural o social que la defina. Por su parte, este estudio se basa en el supuesto de que la integración es una construcción que puede estar imbuida de diferentes contenidos, entre ellos, el lenguaje. Se ha argumentado que la actividad social y política no existe sin el uso del lenguaje y que “hacer política está inevitablemente enraizado en el lenguaje” (Chilton y Schaffner, 2002, p. 3), e ineludiblemente la política es un mediador fundamental de toda idea integracionista latinoamericana.
El uso y las funciones del lenguaje hablado y escrito en un contexto social son captados por la noción de discurso, que se refiere a las “estructuras de significación predominantemente lingüísticas, que construyen realidades sociales” (Milliken, 1999, p. 229). Dichas realidades encuentran un punto en común en las relaciones internacionales y la política comparada, donde el discurso va a tomar un enfoque estrechamente asociado con la crítica. De ello se desprende la idea de discurso político, que para Van Dijk y Medizabal (1999) adquiere una concepción resumida en aquello que es dicho por los actores políticos. Sin embargo, aunque tal simpleza condensa una idea general del término, debemos tener en cuenta que de ella deriva una diversidad de atributos que complejizan al discurso, entre los que se cuenta la necesidad de establecer patrones o símbolos comunes que sirvan como puente para abrir redes de comunicación. Por ello, una definición más completa, pero que no desluce a la anterior, es la que expresa María Teresa Espar (1985) cuando dice que “el discurso político es aquel que, en términos generales, tiene como enunciador a un actante que realiza sus actividades dentro de lo que se conoce comúnmente como la esfera del poder” (pp. 91-92). Así, el discurso político consiste en producir un acto en el que el enunciador expresa públicamente su compromiso y por ende reflexiona sobre diversos aspectos que le atañen en el desarrollo de sus funciones.
A esta necesidad, Gutiérrez (1999) la califica como una “centralidad en la vida social que ha contribuido a que el campo del análisis del discurso sea un área de conocimiento fundamental para la formación de toda persona interesada en los problemas políticos y sociales” (p. 1). Por ello, el político debe tener en cuenta al destinatario de su discurso. Sin embargo, aunque su lenguaje tiene una alta carga persuasiva para a quien habitualmente se dirige que es la ciudadanía, en un marco de iguales, a veces llega a sentirse más agresivo, dinámico y falto de formalidad. Lo mismo sucede con el contexto en que se desarrolla. “El político, muy a menudo, usa palabras que adquieren un determinado significado” (Fajardo, 2016, p. 4), siendo a veces ambiguo, polisémico y ampuloso.
Es por ello que, enfocada a través de la lente del discurso, la integración equivale a una presentación discursiva de la “posibilidad de articular los intereses y valores del conjunto de América Latina y proyectarlos en el escenario internacional, superando las múltiples fracturas que hoy la dividen” (Bonilla y Álvarez, 2014, p. 71). Esta definición presupone una pluralidad en la proyección de las ideas de integración que se pueden extraer de los actores políticos cuando reclaman o cuestionan las causas de la (des) integración en la región. No hay bases inherentes de integración, pero hay representaciones discursivas de las fuentes de gobierno, y estas fuentes, a su vez, determinan la capacidad de un gobierno para comprometerse. El control sobre el discurso permite a quienes son dueños de la oratoria manejar los entramados de la realidad social. “En esta visión, el lenguaje no se considera solamente un vehículo para expresar y reflejar nuestras ideas, sino un factor que participa y tiene injerencia en la constitución de la realidad social” (Santander, 2011, p. 209). Por lo tanto, las pretensiones de integración, así como las estrategias discursivas que utilizan los líderes para conciliar las marcadas diferencias que existen en la región, requieren un examen más detenido.
Desde el punto de vista metodológico, los discursos son comúnmente identificados y analizados a partir del lenguaje real de las comunicaciones verbales y escritas, que a su vez son convertidos y almacenados como textos (Fairclough, 1995). La perspectiva teórico-metodológica de esta técnica especifica que su uso “permite conocer y describir no solamente lo que dice el emisor de determinados discursos sino, también, el contexto y la situación coyuntural en que éstos son emitidos” (Gutiérrez, 1999, p. 1), tomando en cuenta su concepción restrictiva (Giménez ,1983), la cual aplica para los discursos presidenciales, de partidos políticos o de investidura, en los que hay un tiempo medido y unas pautas de discurso abierto y debate controladas por la presidencia (Cortés Rodríguez, 2015).
Por ejemplo, en el caso de las cumbres presidenciales debemos tener en consideración que son eventos reglados por el tiempo, en donde los participantes se rigen por un orden del día establecido y aprobado con anterioridad, así como un reglamento protocolar estatuido. Generalmente, los discursos en este tipo de eventos no van a ser propios del habla espontánea, por estar determinados por un registro formal, y, por tanto, poseedores de una estructuración y planificación más desarrolladas. Además, la progresión temática depende de un moderador, que reparte los turnos entre los asistentes; existe menos inmediatez que en una conversación, presenta temática especializada y una relación vivencial de no proximidad (Briz, 2010).
Las dinámicas y propósitos del discurso pueden ser advertidos desde sus comienzos y reafirmados en los finales de cada intervención. Lo que es significativo para los intereses de la presente investigación, que opta por centrarse en lo que se conoce como inicio y cierre del discurso político (Cortés Rodríguez, 2015), que resultan importantes por ser los puntos de entrada y conclusión de las ideas expuestas en el cuerpo.
Los primeros minutos de una intervención van a estar caracterizados por brevedad y explicitud, tratando de ganar el interés del auditorio (Cortés Rodríguez, 2015). En él se distinguen cuatro secciones, todas referidas a tipos de temática. Primero está el tema de urgencia, o lo que es lo mismo, un realce de algún punto de la convocatoria de la reunión. Luego, se incluye la justificación del discurso, un aspecto que no es imprescindible y, en ocasiones, ni conviene su empleo si se trata de una cumbre regional. En la tercera, aparece el tema de interés, una cuestión que no tiene un plano esencial dentro del acto por su brevedad, pero que indica el aspecto más importante que tocará la intervención. Finalmente, y en total sintonía con la anterior, es el tema del adelanto del desarrollo, el cual aparece en forma de enunciado y presenta el asunto extenso que el orador abordará más adelante (Cortés Rodríguez, 2015).
Para el cierre, Cortés Rodríguez (2015) entiende que las intervenciones presentan un esquema de cuatro secciones, comenzando por los ideales, a través del cual manifiestan “las ilusiones y objetivos que guían al político” (p. 190); en el caso que nos corresponde sería la manifestación de los ideales nacionales con respecto al proyecto de integración. A continuación, se describe la realidad conseguida, referida en este caso, a la cosecha de acciones integracionistas; es decir, que se exhiben resultados, logros y buenaventuras de todo tipo. Esta cuestión viene acompañada del tercer punto, en que se comunica el tema del futuro, que es lo mismo a los planes que acompañarán el posterior desempeño de la actuación política. Para el final, queda una sección de asuntos diversos, a través de la cual se añaden comentarios variados sobre el tema desarrollado u otros de interés para la comunidad (Cortés Rodríguez, 2015). Estas categorías y subcategorías funcionaron como elementos del análisis de contenido (Ver Anexo).
Vale aclarar que, aunque Cortés Rodríguez (2015) se ajusta a las intervenciones de los presidentes del gobierno de 2001 a 2011 y de los líderes de la oposición dentro del Parlamento español, creemos oportuna la utilidad de esta metodología en nuestro estudio, al tratarse de personajes políticos, igualmente, que se desenvuelven dentro de un escenario, también político. Además, Armony (2000) plantea que “el Presidente es en sí mismo un significante, una condensación de representaciones en la que su palabra es un elemento central” (p. 35), desde donde parte un argumento de intencionalidad y refrendo en las decisiones que se manifiestan.
Por tanto, esta investigación centra sus análisis en participantes con cargos de presidente o primer ministro de los países asistentes a ambas cumbres y escogimos 18 intervenciones de la cita en México 2021, y 12, de la celebrada en Buenos Aires 2023. El objetivo es enfocarnos en las figuras políticas que ostentan los máximos cargos de la región y tienen potestad para presentar y plantear acciones para llevar adelante los ideales de la integración.
El corpus se ha recogido de las versiones estenográficas de la VI Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC publicadas por el gobierno mexicano. En el caso de la Cumbre de la Argentina, a pesar de contar con una mayor asistencia de altos representantes, no existe un repositorio institucional que los recoja formalmente, por tanto, accedimos a los discursos que están en páginas oficiales de gobiernos, sin importar formato. Esto no es un hecho aislado porque como dice Carolina Brunstein (2023, p. 1) “durante horas el contenido de sus discursos fue un verdadero misterio”. En los casos de videos, las transcripciones fueron realizadas a través de la opción de subtítulos que ofrece Youtube, mientras que las traducciones del inglés o el portugués al español fueron realizadas por traductores profesionales.
Finalmente, para responder a la pregunta de investigación se aplicó una metodología mixta, combinando el análisis de contenido y el análisis del discurso. La perspectiva cuantitativa relativa al análisis de contenido se centra en “el contenido manifiesto de los mensajes emitidos por los actores políticos” (López-García et al., 2018, p. 781). Con estos valores es posible obtener la “presencia, intensidad y frecuencia de los aspectos textuales relevantes para la investigación de la comunicación” (Balmas y Sheafer, 2010, p. 204) y cuenta con un alcance descriptivo, cuantitativo y correlacional (Arcila et al. 2020, p. 20).
Por su parte, el análisis del discurso, como se aludía en el marco teórico, ofrece la posibilidad de enmarcar los mismos mensajes de los líderes dentro de un contexto político y social más amplio, relacionando la estructura del propio discurso con los procesos socioculturales y políticos (Van Dijk, 1990, p. 45). De esta forma, mientras que la parte cuantitativa relativa al análisis de contenido permitirá obtener unos resultados demostrativos, el análisis del discurso ofrecerá conclusiones con un peso más descriptivo dado su condición cualitativa.
La retórica de los presidentes y primeros ministros asistentes a las cumbres de la CELAC analizadas, entreteje varias presentaciones discursivas de cómo alcanzar el ideal de integración en una región dividida por el pensamiento político divergente de sus actores, y la influencia que han tenido en la región las luchas geopolíticas mundiales, junto al impacto que presentan las economías por la pandemia de COVID19, a lo que se añaden las brechas que se establecen a nivel macro de acción. Políticamente, ambas reuniones representaron la continuidad de un proceso que combina intereses nacionales con perspectivas de actividad regional, que rompen con las intencionalidades que le impregnan cada jefe de ejecutivo nacional a su política exterior. Este hecho se pudo observar desde las primeras palabras del presidente anfitrión en Ciudad de México, AMLO (2021), cuando expresaba:
La Celac en estos tiempos puede convertirse en el principal instrumento para consolidar las relaciones entre nuestros países de América Latina y el Caribe, y alcanzar el ideal de una integración económica con Estados Unidos y Canadá en un marco de respeto a nuestras soberanías, es decir, construir en el continente americano algo parecido a lo que fue la comunidad económica que dio origen a la actual Unión Europea.
Aunque el accionar de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la región ha sido tema clave en los dos encuentros, no se ha llegado a ningún consenso que determine una posición conjunta sobre el tema. De otra parte, algunos acuerdos han encontrado caminos expeditos para su concreción, pero aún falta la relación práctica que se va a establecer con ellos. En cierta medida, estos espacios se consideran avances fundamentales para las pretensiones integracionistas en la región. En la particularidad de las intervenciones fueron notables otros argumentos y controversias que no recoge la relatoría oficial de los documentos. En ese sentido, los inicios y cierres de los discursos han revelado la impronta que cada jefe de estado le imprime a este mecanismo de integración, unidad y objetivos comunes basado en la diversidad y diferencias nacionales.
Los discursos analizados presentan diversidad de estructuras tanto en su forma como en su contenido. Es heterogénea la manera en que los líderes de las naciones exponen sus argumentos a la mesa de reunión. Se expresa en ellos una idea de reflexión que acompaña los intereses particulares. Por ello, en los inicios discursivos se observa una relación que no es estática pero tampoco irreflexiva, lo que da como resultado que no aparezcan todas las categorías expuestas para los inicios del discurso en un mismo orador (Ver Tabla 1).
De la tabla anterior podemos señalar que la comparativa entre una y otra cumbre permite observar una mayor dinámica en los inicios de discursos de la reunión celebrada en Ciudad de México, con una frecuencia más enfatizada en los temas de interés, la justificación y los temas de urgencia. Por ejemplo, desde sus inicios, los presidentes han validado discursivamente la importancia de estos encuentros afirmando que la CELAC es un mecanismo trascendente para las luchas a las que se enfrenta la región. Las referencias al liderazgo en materia regional, así como en las conversaciones con los países de Norteamérica, se han citado ampliamente para demostrar el impacto de la reunión. El trabajo que precedió a estos encuentros ha sido utilizado tanto para aumentar la prevalencia de la integración como para enmarcar discursivamente esta visibilidad y potenciar el reconocimiento regional de ambas naciones organizadoras.
Visualizar estas diferencias nos permite conectar con el espacio temporal en que se desarrollaron las reuniones. Y es que una mayor dinámica era posible dentro del evento ocurrido en México debido al impasse de tres años que había precedido este cónclave, lo que ameritaba un mayor diálogo entre los asistentes. En cambio, a Buenos Aires se llegaba con un trabajo en progreso por parte de la dirigencia tripartita y los países miembros.
Del mismo modo, se puede señalar que algunas de estas categorías pueden ser suprimidas por el hablante. En este caso, Cortés Rodríguez (2015) señala que el tema de urgencia aparece cuando algún acontecimiento reciente se convierte en importante noticia para el país. Fue así como los asistentes aprovecharon para exaltar la impronta de estas citas y a dignificar el liderazgo de algunos países, en especial los anfitriones, así como los efectos de situaciones globales que afectan a la región. El presidente Gustavo Petro (Presidencia de la República-Colombia, 2023, 2m15s) lo ocupó de la siguiente manera:
La crisis climática y el hambre van por el mundo como ese fantasma que va matando muchísimas más personas que la misma guerra. Es la paz lo que tiene que exigir Latinoamérica.
Dos características son interesantes de destacar en la performatividad de este acto comunicativo y recaen en dos categorías que se reflejaron durante todo el estudio y que Cortés Rodríguez no recoge como parte de su estudio. Ellas son el saludo y el agradecimiento. Esta última, aunque el autor la reconoce como la antesala a las segmentaciones del discurso, cobra junto al saludo un valor que no es posible obviar, debido a que aparecen recurrentemente en las intervenciones de los mandatarios y sirven como un acto de camaradería que se expresa entre pares en un tipo de evento de esta envergadura y que, por supuesto, no es evidente en discursos que se emiten ante el Congreso o la Cámara de Diputados, como es el debate español sobre el estado de la Nación (DEN).
Los saludos forman parte de un registro formal que se efectúan al presidente del país anfitrión, que además ejerce el mando de la presidencia pro tempore del mecanismo y que también se realiza hacia las delegaciones asistentes y los invitados que se encuentran en el sitio. Acto seguido ocurre el agradecimiento, que se caracteriza por reverenciar el trabajo del comité organizador y de las instancias que han estado al tanto de la cita. Es una categoría que no es asidua, pero que lleva componentes personales del orador, así como generales que nombran a los pueblos de los cuales provienen. Por ejemplo, en el caso de la cita en Buenos Aires, fue recurrente escuchar felicitaciones al triunfo de la selección argentina. El presidente chileno Gabriel Boric (2023, 0m48s) así lo expresó:
Y, por cierto, nos complace muchísimo estar aquí nuevamente, en la hermosísima ciudad de Buenos Aires, y agradecer la tradicional hospitalidad argentina, además, tal como hizo el Presidente Lula, de felicitar una vez más a su selección por el tremendo triunfo en el Mundial de Qatar.
Por otra parte, la manifestación de la justificación se representa de una forma ideológica, y no como la presencia del político de turno en la cumbre. Por ejemplo, en Ciudad de México 2021, mientras los presidentes Mario Abdo y Luis Lacalle, de Paraguay y Uruguay, respectivamente, destinaron el inicio de su intervención para dejar en claro el posicionamiento que asumirían como país ante determinados hechos que marcaron la región; y los dignatarios de Ecuador y Perú, Guillermo Lasso y Pedro Castillo, respectivamente, aprovechaban el momento para agradecer su primera vez en este tipo de reuniones; los presidentes de Cuba y Venezuela, Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro, fueron ambiguos y con espacio para la explicación individual, que buscaba suavizar un escenario que les era desfavorable ante ataques por la discusión sobre violación a derechos humanos ocurridos durante las protestas de julio de ese año en la isla caribeña[1] y la falta de reconocimiento al gobierno venezolano. En ese sentido, Abdo (2021) se expresó así:
Mi presencia en esta cumbre en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente.
Ello acompaña el tema de interés, que va a guardar estrecha relación con el contexto que se presenta y a un aspecto en que el hablante quiere hacer hincapié. Por ejemplo, no es fortuito que, durante la Cumbre de México, hubiese un destaque para recordar la historia de la CELAC (Luis Arce, Carlos Alvarado, Guillermo Lasso, Roosevelt Skerrit), después de varios años sin encuentros de este tipo. Asimismo, debido a la pandemia de COVID‑19 se escucharon descripciones sobre los problemas económicos, de salud y sociales que afectan a la región (Mario Abdo, Luis Lacalle, López Obrador, Mohamed Irfaan, Johnny Briceño, entre otros). En tanto, durante la cumbre en la Argentina, la mayoría de los mandatarios recalcó las satisfacciones tras el regreso de Brasil al marco de unidad regional y las posibilidades de acción que se abren en este grupo (Alberto Fernández, Mario Abdo, Luis Arce, Gabriel Boric, Miguel Díaz‑Canel). Un ejemplo de este último hecho es el tema de interés del mandatario argentino Alberto Fernández (2023, 11m04s):
No hace falta decirles lo que significa para un argentino y para el presidente de Argentina puntualmente la alegría de tener al querido amigo Lula presidiendo a nuestra hermana Brasil, pero también sin duda es muy importante porque una Celac sin Brasil es una Celac mucho más vacía.
Significativamente, esta sinergia de categorías refleja la importancia que tiene la integración para los presidentes y de qué manera la supervisan a partir de sus posiciones geográficas, lo que nos lleva a entender las vulnerabilidades a las que se enfrentan, así como las ideas que defienden en cada espacio. La ubicación que le otorgan a un pensamiento de unidad regional va a denotar que la integración se expresa como un proceso de eventos que confluyen en el día a día de los actores involucrados (sean políticos como ciudadanos) y que aquellos que tienen las voces para demandar una mayor capacidad de acción marchan desde lo local hacia lo regional para intentar posicionar a la región en el marco mundial. A este hecho también contribuyen los cierres discursivos que analizaremos a continuación.
Las conclusiones discursivas toman las características del hablante, que las van a expresar según los temas de mayor interés transcurridos durante su intervención. En tanto, estos momentos del discurso representan el desenlace de ideas, argumentos, pensamientos y llamados de atención, que nuclean un aspecto central y en este caso, va a estar determinado por la integración regional. En su desenlace discursivo en la VI Cumbre de la CELAC, el mandatario ecuatoriano Guillermo Lasso (2021) así lo refería:
Finalizo esta intervención con un llamado a todos quienes quieran construir ese nuevo futuro en libertad. Unámonos, nuestro destino, a través de una verdadera integración, de abajo hacia arriba, una integración que ponga primero y ante todo a los ciudadanos latinoamericanos y al Caribe.
Por ello, con base en el enfoque analítico, en estas dos cumbres hemos observado conclusiones, por un lado, extensas, que abarcan diversos temas, y por otro, breves, que se enfocan en resaltar un punto por encima de otro. A manera de frecuencias se observa un mayor uso de los Ideales, seguida de los Asuntos Diversos y los Temas del Futuro. En tanto, la Realidad Conseguida es una categoría que no se representó durante las etapas seleccionadas, respondiendo a que la CELAC es un mecanismo aún de acciones por concretar y no de resultados palpables entre sus filas, lo que determina los llamados a profundizar la integración regional. La tabla 2 estructura los datos mencionados.
La tabla anterior recoge un elemento dentro del discurso al que Cortés Rodríguez (2015) enumera en los cierres presidenciales y es el vocativo. La importancia de determinar un vocativo dentro de un estudio de este tipo es que permite delimitar los cierres del discurso de la continuación de este. En ese sentido, nos encontramos con estructuras diferentes y llamados de atención que varían, determinando cercanías como es el caso de “amigos y amigas, colegas o apreciados amigos”. Igualmente, puede ser un detonante de respeto al ser utilizado como “presidente, sus excelencias o estimadas y estimados presidentes, primeros ministros, mandatarias y representantes”. En cada una de ellas existe un llamado de atención que guía el discurso, que no fue muy representativo dentro del estudio, pero es antesala de la categoría ideales.
La consecución a estas palabras finales invita a pensar el tema de los ideales que defiende el organismo, debido a que es una categoría que se repite con asiduidad. Cabe resaltar que en la Cumbre de México fue más representativo su uso, justificado por el reencuentro de los líderes y el contexto de pandemia en que se vivía. Para Cortés Rodríguez (2015) en este primer momento del cierre son mencionados los objetivos, las intenciones o los propósitos. En este caso, serían los que se refieren a las actividades consecuentes y las oportunidades en el ciclo que se abre entre cumbres. Por ejemplo, en Ciudad de México el primer ministro de Dominica, Roosvelt Skerrit (2021), lo reflejó:
Hemos tenido esas experiencias en los tiempos más difíciles, estamos aquí viajando y hemos venido a México para estar en este espacio de América Latina y el Caribe. Estamos juntos enfrentando este reto sólo por estar unidos, sólo así.
Por su parte, los ideales pueden copar otros sentidos y extenderse a capacidades políticas que representan cada nación. Así lo determinó el presidente Lacalle Pou (2023, 9m16s) en la Cumbre de Buenos Aires:
Cuando Uruguay toma este tipo de decisiones de integrarse, lo toma como nación, lo toma como estado, no lo toma un partido político de una ideología.
Particularmente, este punto del cierre se caracteriza por articular expresiones con un matiz ideológico que realzan el pensamiento individual de cada país. De hecho, la perspectiva del análisis fue oportuna para observar un vínculo con aspectos históricos, sociales y culturales que acompañan el día a día del continente, y ello transcurre con la oportunidad venidera que se está debatiendo y que se relaciona con los Temas del Futuro, los cuales van a representar cuestiones pendientes en el trabajo.
Curiosamente, durante el estudio esta categoría se observó en cuatro ocasiones, divididas en dos oportunidades en cada cumbre y su acercamiento se produjo para anunciar acciones particulares de varios países que repercutían en el acontecer regional y la integración. En el caso de Lula (2023) dijo:
Brasil nuevamente mira hacia su futuro con la certeza de que estaremos asociados con nuestros vecinos bilateralmente, en Mercosur, UNASUR y CELAC.
Otro elemento representativo es el de Asuntos Diversos, que tiene dos características. La primera es que va a ser la categoría más extensa de las analizadas en el cierre y la segunda es la variedad de formas en que se presenta. Por ejemplo, aprovechando la oportunidad para finales emotivos, el cubano Díaz-Canel (2021) expresó en Ciudad de México:
Urge revitalizar la Celac para avanzar hacia una recuperación inclusiva y justa que nos fortalezca como región y contribuya al bienestar de nuestras naciones. Urge fortalecer este mecanismo único que nos permite dialogar como haz de naciones con similares necesidades e intereses. No dejemos pasar la oportunidad de seguir haciendo historia.
En cambio, la presidenta Xiomara Castro (Gobierno de Honduras, 2023, 5m25) abarcó varios temas durante el final de su intervención en la Argentina:
Es tiempo de la solidaridad, mis felicitaciones por el reciente triunfo del presidente Lula da Silva en Brasil y del presidente Gustavo Petro en Colombia. Mi apoyo pleno a la vicepresidenta de la República de Argentina compañera Cristina Fernández, víctima de la implacable persecución judicial. Condenamos el golpe de estado en Perú y la agresión a la que está sometido el pueblo peruano. Nuestra solidaridad con el presidente legítimo electo Pedro Castillo y demandamos su inmediata liberación.
Una relación representativa de estas categorías permite subrayar los puntos esenciales en los que los altos representantes nacionales hacen hincapié en sus discursos, además de observar que la integración es un elemento coordinado que está presente desde diferentes perspectivas y ubicaciones en un discurso. Igualmente, es necesario señalar dos categorías empleadas en los cierres y que no aparecen en las listas de Cortés Rodríguez (2015). Ellas fueron los augurios, comprendida como el deseo de un buen trabajo de la siguiente presidencia pro tempore, y el compromiso, que referencia una colaboración en todos los detalles y actividades que genera dicha presidencia. Ambas categorías permanecían acompañadas. Por ejemplo, así lo planteó Luis Abinader en la cumbre de la Argentina (El Jarabe de Zapete, 2023, 7m39s):
Quiero saludar a Ralph Gonzalves por asumir San Vicente y Granadinas la presidencia pro tempore de la Celac para este año 2023 y que cuente Ralph con todo el apoyo de nuestro país, de la República Dominicana [Compromiso] para que de seguro sea exitoso en esta tarea [Augurio].
Analizar y comprender la integración latinoamericana desde la segmentación temática que incluyen los inicios y cierres discursivos fue un acto primario de la investigación, porque con ello se pudieron encontrar agrupaciones que determinan las intenciones de los mandatarios de la región para con un proyecto tan ambicioso y en crecimiento como es la CELAC. Por tanto, este estudio se inserta dentro de la discusión teórica que envuelve la idea de integración en América Latina, poniendo en evidencia los aspectos comunicativos que sobresalen dentro de esta intención. Es así que durante este proceso investigativo nos hemos dado cuenta de las múltiples diferencias y reflejos de desigualdades a que está expuesta la región, pero en la que subsiste un discurso conciliador. Recordamos que, en el lanzamiento de la CELAC, jefas y jefes de Estado enfatizaron que esta nueva comunidad se establecía como un mecanismo representativo de consulta política, cooperación e integración en América Latina y el Caribe.
Habernos centrado en dos cumbres presidenciales, realizadas en diferentes temporalidades nos expandió la perspectiva y nos ayudó a evaluar la pertinencia de este ideal para el futuro próximo del organismo. En ambos casos, las reclamaciones basadas en el desempeño son una pieza central de los discursos de integración en la región, aunque difieren en las posiciones políticas reflejadas. Los inicios y los cierres de los discursos fueron espejos interesantes de la realidad de los actores políticos analizados y concordaron con la generalidad de que “en cualquier formato que exploremos, como discurso que es, siempre vamos a encontrar unas intenciones, unas ideas, unas pretensiones expresadas por medios de unas formas y unos mecanismos” (Cortés Rodríguez, 2015, p. 19).
Es decir, que más allá de lo que permitieron los datos, nos encontramos en un proceso avanzado de integración a nivel discursivo, donde se evidencia un compromiso y un debate que potencia lo colectivo, más allá de las tradicionales individuales que ha caracterizado el accionar de las naciones en la región. Y es desde estas posiciones que tienen los mandatarios, desde donde se asumen las obligaciones para que los planteamientos lleguen a concretarse en “una realidad que pueda ser efectivamente utilizada para mejorar las condiciones de vida de las y los latinoamericanos” (Aravena, 2006, p. 8). También es un punto de observación irreversible, desde donde se puede intuir un débito que supera a las palabras y llega a ser parte de la propia presencia en sí, por lo que se abren cuestionamientos sobre la importancia de la CELAC para unos u otros, ante las repetidas presencias, en ambos eventos, de los mandatarios de Cuba, Paraguay o Uruguay; mientras se ausentan el salvadoreño Nayib Bukele o el nicaragüense Daniel Ortega, por solo citar algunos ejemplos.
Asimismo, pusimos en evaluación la metodología arquitectónica de los discursos de Cortés Rodríguez (2015) de lo que se obtuvieron resultados que nos permiten plantear otros escenarios, debido a que la estructura de inicio y cierre discursivo no es rígida y su existencia tiene mucho que ver con la extensión y la capacidad discursiva del orador. Esto, en ocasiones, dificulta delimitar estos espacios en una cumbre. Por ejemplo, al analizar los DEN, Cortés Rodríguez encontró exigencias que amparan un procesamiento superior de los datos. En tanto, la presente investigación observó dinámicas distintas en los inicios y cierres discursivos de las cumbres presidenciales que pueden apuntar a nuevos valores de medidas como el saludo o los agradecimientos, el augurio y el compromiso, los cuales denotan que este tipo de eventos está sujeto a relaciones personales que se establecen entre los interlocutores.
Desde el punto de vista metodológico, representa una gran oportunidad de aproximarse a las partes del discurso para valorar la jerarquización de las temáticas que aportan. Es importante señalar que estos indicadores no son una fuerza contraria y que en la mayoría de las ocasiones se complementan unos con otros, lo que determina una frecuencia de aparición estándar, que cumpla con los intereses de los hablantes.
Finalmente, entre las limitaciones de los hallazgos en nuestro estudio se encuentra el acceso restringido a los discursos pronunciados en la Cumbre de Buenos Aires 2023. En consecuencia, esta aproximación puede encontrar variaciones representativas cuando se analicen las voces de los líderes caribeños asistentes a la cumbre, debido a que fueron los más afectados en la reproducción de sus intervenciones. Por tanto, se espera que en futuras investigaciones se incremente el número de discursos a analizar, a su vez, que se profundice en sus estructuras completas, incluyendo el desarrollo, para observar otras particularidades que se expresan como parte del proceso integracionista en la región latinoamericana.
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El autor desempeñó todos los roles de autoría del trabajo. Manifiesta no tener conflicto de interés alguno.
Categoría |
Subcategoría |
Inicio |
a) Tema de urgencia |
b) Justificación |
|
c) Tema de interés |
|
d) Adelanto del desarrollo |
|
Cierre |
- Ideales |
- Realidad Conseguida |
|
- Tema del Futuro |
|
- Asuntos Diversos |
[1] Para conocer más sobre los hechos acontecidos en Cuba en julio de 2021 lea Fernández Estrada, J. A. (2022, 11 de julio). Los pueblos no dan golpes de estado. El Toque. https://bit.ly/3VhbMHs.