Austral Comunicación
ISSN(l) 2313-9129
ISSN(e) 2313-9137
e01506
La comunicación del riesgo ante incendios forestales en la provincia de Córdoba, Argentina
Silvia Esther Fontana
https://orcid.org/0000-0001-9111-7260
Córdoba, Argentina
María Soledad Ferrer
https://orcid.org/0000-0002-1498-0201
Córdoba, Argentina
Fecha de finalización: 16 de diciembre de 2024.
Recibido: 16 de diciembre de 2024.
Aceptado: 6 de noviembre de 2025.
Publicado: 2 de diciembre de 2025.
DOI: https://doi.org/26422/aucom.2026.1501.fon
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Resumen
El incremento de los incendios forestales constituye una de las problemáticas socioambientales más relevantes a nivel global, intensificada por el cambio climático y el accionar humano. En este marco, el presente artículo analiza el caso de la provincia de Córdoba (Argentina), con el objetivo de identificar las categorías comunicativas implementadas por el gobierno provincial para reducir vulnerabilidades, mitigar impactos y fortalecer las capacidades de respuesta frente a los riesgos de incendios forestales.
La investigación se enmarca en un paradigma interpretativo y adopta el diseño metodológico de estudio de caso, con técnicas cualitativas como el análisis documental y entrevistas abiertas a actores clave. El análisis se centra en la comunicación del riesgo como estrategia fundamental de la gestión integral del riesgo de desastres, entendida como un proceso dialógico que involucra al estado, la sociedad civil, el sector privado y la ciudadanía.
El estudio identifica cinco grandes grupos de acciones comunicacionales: campañas permanentes de reducción de vulnerabilidades, campañas específicas en contextos críticos, refuerzos comunicativos en situaciones de crisis, campañas de fortalecimiento de capacidades y acciones de comunicación durante emergencias. Entre los hallazgos se destacan la continuidad de los mensajes y la diversidad de soportes, aunque persisten limitaciones vinculadas a la centralización, la escasa participación comunitaria y la falta de evaluación sistemática de impactos.
Si bien las políticas comunicacionales en Córdoba han avanzado en visibilidad y articulación interinstitucional, aún requieren mayor planificación estratégica, descentralización y un enfoque preventivo y participativo. Fortalecer la comunicación como herramienta de gestión integral del riesgo resulta clave para reducir las vulnerabilidades, legitimar la acción gubernamental y proteger tanto a las comunidades como al ambiente serrano.
Palabras clave: gestión integral del riesgo de desastres; políticas públicas; comunicación del riesgo; percepción del riesgo; incendios forestales; provincia de Córdoba.
Risk Communication regarding forest fires in the Province of Córdoba, Argentina
Abstract
The increase in forest fires has become one of the most pressing socio-environmental issues worldwide, intensified by climate change and human activity. Within this framework, this article analyzes the case of Córdoba Province (Argentina), aiming to examine the communicative strategies implemented by the provincial government to reduce vulnerabilities, mitigate impacts, and strengthen response capacities to wildfire risks.
The research is framed within an interpretive paradigm and adopts a case study methodological design, using qualitative techniques such as document analysis and open interviews with key actors. The analysis focuses on risk communication as a fundamental strategy for disaster risk management, understood as a dialogic process that involves the state, civil society, the private sector, and citizens.
The study identifies five main groups of communicational actions: permanent campaigns for vulnerability reduction, specific campaigns in critical contexts, communicational reinforcements during crises, capacity-building campaigns, and communication actions during emergencies. Findings highlight the continuity of messages and diversity of media, although limitations persist regarding centralization, limited community participation, and lack of systematic impact evaluation.
Although communication policies in Córdoba have advanced in terms of visibility and inter-institutional articulation, they still require greater strategic planning, decentralization, and a preventive and participatory approach. Strengthening communication as a tool for integrated disaster risk management is key to reducing vulnerabilities, legitimizing government action, and protecting both communities and the mountainous environment.
Keywords: disaster risk management; public policies; risk communication; risk perception; forest fires; province of Córdoba
Comunicação do risco de incêndios florestais na província de Córdoba, Argentina
Resumo
O aumento dos incêndios florestais constitui uma das problemáticas socioambientais mais relevantes em nível global, intensificada pelas mudanças climáticas e pela ação humana. Nesse contexto, o presente artigo analisa o caso da província de Córdoba (Argentina), com o objetivo de examinar as categorias comunicacionais implementadas pelo governo provincial para reduzir vulnerabilidades, mitigar impactos e fortalecer as capacidades de resposta diante dos riscos de incêndios florestais.
A pesquisa enquadra-se em um paradigma interpretativo e adota o desenho metodológico de estudo de caso, utilizando técnicas qualitativas como análise documental e entrevistas abertas com atores-chave. A análise centra-se na comunicação de risco como estratégia fundamental da gestão integral do risco de desastres, entendida como um processo dialógico que envolve o Estado, a sociedade civil, o setor privado e a cidadania.
O estudo identifica cinco grandes grupos de ações comunicacionais: campanhas permanentes de redução de vulnerabilidades, campanhas específicas em contextos críticos, reforços comunicacionais em situações de crise, campanhas de fortalecimento de capacidades e ações de comunicação durante emergências. Entre os resultados destacam-se a continuidade das mensagens e a diversidade de suportes, embora persistam limitações relacionadas à centralização, à baixa participação comunitária e à falta de avaliação sistemática dos impactos.
Embora as políticas de comunicação em Córdoba tenham avançado em visibilidade e articulação interinstitucional, ainda necessitam de maior planejamento estratégico, descentralização e uma abordagem preventiva e participativa. Reforçar a comunicação como ferramenta de gestão integral do risco é fundamental para reduzir vulnerabilidades, legitimar a ação governamental e proteger tanto as comunidades quanto o ambiente serrano.
Palavras-chave: gestão integral dos riscos de catástrofe; políticas públicas; comunicação de riscos; perceção dos riscos; incêndios florestais; província de Córdoba.
El incremento de incendios forestales se ha convertido en una problemática global. En las últimas décadas se han presenciado noticias desoladoras de bosques devastados, vastas extensiones de tierra consumidas por las llamas, comunidades afectadas y desplazadas y flora y fauna en grave peligro.
El cambio climático ha exacerbado cambios en las condiciones meteorológicas que dan como resultado un aumento de la probabilidad de incendios forestales en diversas regiones del planeta. La variabilidad en las precipitaciones, las condiciones de temperaturas extremas y los cambios en la humedad en el ambiente son factores que han sido potenciados por la actividad humana, la utilización del suelo y los recursos naturales, a lo que se suma la negligencia en la quema de basura o bien en la provocación intencional de incendios para obtener terrenos más productivos.
Este tipo de riesgo se hace presente particularmente en regiones como California (Estados Unidos), Nueva Gales del Sur y Victoria (Australia), el arco del Mediterráneo (España), Gyeongsang del Norte (Corea del Sur) y Córdoba (Argentina), entre otras.
En el presente artículo analizaremos el caso de la provincia de Córdoba, donde los incendios forestales suelen concentrarse en los meses invernales (los más críticos), de julio a septiembre, aunque investigaciones recientes sugieren que este período se ha extendido y abarca en la actualidad desde mayo hasta noviembre. Estos meses coinciden con bajas temperaturas y escasas precipitaciones, especialmente entre mayo y agosto. En 2022, se estima que alrededor de 95.000 hectáreas fueron consumidas por el fuego en territorio cordobés.
La comunicación del riesgo juega un papel crucial para construir información clara sobre los peligros presentes en lo que Ulrich Beck (2002) ha denominado “la sociedad del riesgo global”. Se instituye como un componente estratégico fundamental en cualquier política, programa, proyecto o actividad vinculada a la gestión integral del riesgo de desastres al actuar como un puente para comprenderlos y abordar las medidas adecuadas.
El objetivo del presente artículo es analizar categorías comunicativas implementadas desde el Gobierno de la Provincia de Córdoba (Argentina) para reducir las vulnerabilidades, mitigar los impactos y fortalecer las capacidades de respuesta de las poblaciones frente al riesgo de incendios forestales.
La investigación se llevó a cabo desde un paradigma interpretativo, ya que la comunicación del riesgo de desastres requiere comprender las diferentes percepciones ante las amenazas, las vulnerabilidades y las capacidades de respuesta que poseen los actores involucrados en la gestión del riesgo de desastres.
El diseño metodológico consiste en un estudio de caso, trabajando particularmente en el caso de la provincia de Córdoba (Argentina). “El estudio de caso, como estrategia metodológica, aborda un objeto de análisis que transcurre dentro de un contexto de vida real” (Yin, 2009). El caso de análisis reúne las siguientes características esenciales a los fines de los objetivos propuestos:
· La provincia de Córdoba es de gran relevancia para el escenario nacional de la República Argentina por sus características históricas, sociales, políticas y económicas.
· Ocurren con frecuencia incendios forestales de alto impacto que provocan daños a la población, a los patrimonios naturales y humanos, y al medio ambiente.
· El impacto de estos desastres genera las condiciones necesarias para la ocurrencia de crisis.
Una instancia fundamental dentro del diseño fue la definición de las selecciones muestrales, para lo cual se optó por un muestreo no probabilístico en el que la selección de los elementos depende de los lineamientos del investigador y cuyos resultados son generalizables a la muestra en sí. En este proceso se trabajó con dos niveles de análisis, nivel teórico y nivel empírico (Guber, 1999), y se privilegió la significatividad como criterio de decisión muestral.
Para construir los datos se emplearon técnicas cualitativas como el análisis de documentos y la realización de entrevistas abiertas con actores claves en la gestión y comunicación de los incendios forestales en la provincia de Córdoba. Para analizar estos datos se utilizó el análisis de contenido cualitativo, a través del cual se buscó descubrir la significación de los mensajes. Los datos obtenidos se relacionaron con marcos analíticos dentro de los que cobran sentido los datos estudiados.
¿La naturaleza es la culpable de las grandes pérdidas económicas, humanas, ambientales y materiales provocadas por los incendios forestales o existe alguna variable que se pueda controlar y que haría posible reducir los daños y mitigar las pérdidas ante la urgencia de los incendios forestales? (Fontana y Conrero, 2017).
En primer lugar, es importante señalar que el fuego no es malo, lo malo es alterar de manera irresponsable las temporalidades propias del fuego, como quemas prescriptas fuera de temporada, urbanización descontrolada en zonas de interfaz urbano-rural, requema constante de suelos agrícolas, introducción de especies vegetales altamente combustibles, entre otros factores. Ello puede provocar resultados impredecibles a nivel local, regional y global en lo que respecta a perjuicios a la naturaleza y al ambiente, que repercuten a su vez en la salud y la protección de las personas.
Frente a los riesgos de desastres, Beck (2011) plantea tres posibles reacciones: la negación, la apatía o la transformación. Asimismo, el autor considera que los riesgos se encuentran en una situación de “permanente virtualidad” y que actualizan a medida que se puedan anticipar.
Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, por sus siglas en inglés) el riesgo de desastres se define como la
posibilidad de que se produzcan muertes, lesiones o destrucción y daños en bienes en un sistema, una sociedad o una comunidad en un período de tiempo concreto, determinados de forma probabilística como una función de la amenaza, la exposición, la vulnerabilidad y la capacidad (ONU, A/71/644).
Es así como los desastres –en este caso en particular, provocados por los incendios forestales– pueden poner de relieve la capacidad de los distintos niveles gubernamentales para gestionar el riesgo o, por el contrario, pueden poner en evidencia la vulnerabilidad de las instituciones que resultan incapaces de atender la problemática (Riorda, Fontana y Conrero, 2021). Por ello, la comunicación política se vuelve primordial frente al objetivo de reducir el riesgo de desastres y mitigar su impacto, ya que tiene como propósito generar capacidades de respuesta no solo en la población en general, sino también en el sector gubernamental, el sector privado y el sector de la sociedad civil.
Es aquí donde la comunicación del riesgo se erige como una herramienta indispensable en la reducción y prevención de los riesgos y en la mitigación de los posibles impactos que estos pueden causar si se materializaran. Este tipo de comunicación es definida como el “proceso mediante el cual actores involucrados (poblaciones en riesgo, centros académicos, instituciones del Estado, organizaciones sociales, entre otros) en la reducción del riesgo de desastres, la preparación y la resiliencia, se transmiten mensajes que les permiten comprender los riesgos y actuar coordinadamente de forma prospectiva, correctiva y reactiva” (Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja Internacional y de la Media Luna Roja, 2014, p. 6).
La comunicación del riesgo pretende favorecer cambios de actitudes y promover acciones y políticas públicas ante el riesgo, lo que contempla específicamente a los incendios forestales. En definitiva, si los objetivos perseguidos son promover el cambio en las prácticas usuales, generar interés con la finalidad de fortalecer acciones de incidencia, estimular la participación de los actores del riesgo, corregir hábitos para mejorar las capacidades de respuesta de las personas y las poblaciones, la comunicación del riesgo se convierte en el puente que permite cumplir con estos propósitos. En este sentido, este tipo de comunicación ofrece dotar de certidumbre ante la existencia de riesgos de desastres, en la definida sociedad del riesgo global por parte de Beck (2002).
Elizalde sostiene:
el anuncio público de un nuevo escenario de riesgo [...] puede tener consecuencias profundas. Si un riesgo se divulga –o se le da estatus ‘oficial’ mediante la intervención del gobierno– y resulta ser exagerado e inexistente, los críticos dirán que es alarmismo. Supóngase, no obstante, que las autoridades creen que el riesgo es bajo, o son cautelosas respecto a hacer un anuncio. Los críticos dirán ‘encubrimiento’, ¿por qué no se informó al público antes?” (Giddens citado por Elizalde, 2009, p. 152).
Esta contradicción nos coloca ante una problemática en la que las decisiones no se pueden enunciar como una fórmula (Elizalde, 2009, p 153), ya que la comunicación del riesgo, entendida como una acción no estructural, se vuelve significativa “para mejorar o empeorar la percepción del peligro” (Elizalde, 2009, p 160), y juega un rol elemental y determinante en el contexto de los riesgos, dado que la población atiende en especial a los riesgos percibidos.
Como este tipo de comunicación es relevante ya que puede optimizar o agravar la percepción que se tiene de la realidad (Elizalde, 2009), un programa de comunicación del riesgo debe guiarse por una serie de principios que la distinguen y la diferencian de los propósitos que tiene la opinión pública (Covello et al., 1989). Estos principios son:
· Principio democrático: en un contexto democrático, los ciudadanos tienen el derecho a ser parte de aquellas decisiones que impactan en sus vidas, en su cotidianeidad, en sus bienes materiales y en aquellas cuestiones y/o aspectos que estimen valiosos.
· Principio de participación: el fin de la comunicación del riesgo en una sociedad democrática tiene que ver con promover la existencia de un público bien informado, comprometido y activo, con la finalidad de aumentar sus capacidades de respuesta.
· Principio de interacción: este tipo de comunicación es una estrategia que involucra a múltiples actores y se sustenta en el respeto de las opiniones, la confianza, la transparencia y el intercambio de información.
Dados los principios expuestos, la comunicación del riesgo debe ser un asunto que convoque a los distintos actores que conforman el sector gubernamental, la sociedad civil, el sector privado, los medios de comunicación social y el ámbito académico, ya que cada uno de estos actores desempeñan un papel particular dentro del proceso comunicativo. El componente más relevante de la comunicación del riesgo es la interacción que se produce entre el organismo que gestiona el riesgo y el público al que el mensaje se orienta (Lundgren y McMakin, 1998), ya que su importancia radica en que el mensaje necesita contemplar las percepciones de los sujetos para considerarse que ha impactado de manera positiva.
Como fin último, la gestión de la comunicación del riesgo pretende “ajustar las expectativas entre los productores y los consumidores del riesgo” (Elizalde, 2009, p. 168). Gestionar este tipo de comunicación nos enfrenta a importantes retos. Lo que no se anuncia de forma apropiada, o se anuncia fuera de tiempo o con objetivos difusos, produce desconciertos y fragmenta todo tipo de planificación que involucra la gestión del riesgo de desastres; en particular, lo que se ve afectada es la comprensión de lo que sucede, lo que puede provocar caos en ciertas ocasiones, y en especial, no favorece un uso racional de los recursos en un contexto en el que estos deben ser utilizados de manera eficiente.
Debe tenerse en cuenta que la comunicación del riesgo, dada su complejidad, posee dos momentos: un momento preventivo y un momento de abolición del riesgo. En la fase de abolición del riesgo es relevante considerar que quien tiene el poder de decisión –es decir, los policy makers– deben asumir la responsabilidad ante el riesgo.
Otro punto importante por contemplar para gestionar la comunicación de manera eficiente es que debe considerarse la percepción del riesgo que tienen la población y los decisores políticos. La percepción del riesgo cobra importancia dado que toda comunicación se comprende como la representación de las creencias que prevalecen sobre el fenómeno que se presenta. Por ello, la comunicación del riesgo debe contemplar todos aquellos principios que involucren las creencias y opiniones para lograr la comprensión entre lo que se dice (mensaje) y a quién se dirige (receptor).
Algunos principios rectores, que sugiere Elizalde (2009), a tener en cuenta a fin de lograr una gestión eficiente de la comunicación del riesgo de desastres son:
1. Diferenciar entre las “percepciones exageradas” y las “percepciones ajustadas” a la realidad, según los resultados de estudios y de investigaciones científicas.
2. Diferenciar entre percepciones emocionalmente condicionadas y percepciones racionalizadas.
3. Trabajar con todos los jugadores sociales que participan en la conformación de las expectativas de peligro, de las percepciones de miedo y de pánico sobre determinados grupos de interés.
4. Gestionar una “retórica” para los grupos de expertos y otra “retórica” para los no expertos con el mismo contenido.
5. Se centra también en la reconstitución de una relación entre la corporación acusada o imputada por la percepción de riesgo y quienes experimentan el miedo o la percepción de peligro.
6. Partir de un mapa aproximado del tipo y del origen de las percepciones de los implicados. (Elizalde, 2009, pp. 168-172, cursivas en el original)
La comunicación del riesgo de desastres se fundamenta en una premisa crucial: todos los habitantes de un territorio compartimos la responsabilidad sobre nuestra protección y seguridad. Por consiguiente, es imperativo que todos los sujetos involucrados colaboremos en la reducción de los riesgos de desastres, para lo cual es relevante que la información pública cumpla con ciertas características esenciales y prácticas para la audiencia; por ello, la comunicación del riesgo debe ser oportuna, acertada, clara y creíble. Oportuna, ya que debe estar a disposición para cuando la información sea de utilidad. Acertada, dado que el contenido debe ser inclusivo y considerar diversas perspectivas para una comprensión completa de la situación (riesgo), como también ofrecer solo aquellos datos necesarios para comprender la naturaleza del riesgo y las medidas preventivas adecuadas. Clara, esto es, la información tiene que ser entendible para todos los destinatarios sin perder el rigor y la profundidad –es decir que, aunque se presente de manera accesible y clara, no se debe comprometer la precisión ni la exhaustividad de los datos–. Y creíble, para que los destinatarios puedan apoderarse de la información para así proceder en consonancia (EIRD – ONU, 2008).
En toda sociedad democrática, “la comunicación del riesgo es un imperativo político, ya que esta se basa en la premisa de que el derecho a elegir requiere de una ciudadanía informada” (Fontana y Cabas, 2014).
De este modo, es posible afirmar que este tipo de comunicación es una estrategia esencial, ya que no solo ofrece principios para la prevención, sino que también colabora en la legitimación de las acciones de los gobiernos y de las poblaciones, lo que genera percepciones del riesgo de desastre en consonancia al contexto en el que se sitúa. Todo ello provoca un aumento de las capacidades de respuesta ante el riesgo de desastres en todo su proceso.
El clima no castiga. Los desastres no son naturales. Los riesgos son construcciones sociales. Este enfoque desafía la noción tradicional de que los “desastres son naturales” y castigan a las personas, ya que sugiere que los desastres son el producto de la interrelación entre fenómenos naturales, vulnerabilidades sociales, económicas y políticas y capacidades de respuesta instaladas en caso de que el riesgo se materialice. Desde esta perspectiva, se entiende que los riesgos de desastres son construcciones sociales, influenciadas en particular por factores como la pobreza, la inequidad, la planificación urbana deficiente y la falta de preparación ante una emergencia, entre tantos otros factores.
Al reconocer los riesgos como construcciones sociales, se enfatiza en la relevancia de abordar las causas latentes de la vulnerabilidad para así promover la resiliencia comunitaria. Esto implica adoptar enfoques integrales que no solo se centren en acciones ante situaciones críticas, sino también en la reducción del riesgo y la preparación frente a posibles desastres. Además, este enfoque destaca la necesidad de considerar las dimensiones sociales, culturales y políticas en la gestión del riesgo de desastres, como también en la necesidad de estimular la colaboración y el empoderamiento de las poblaciones afectadas.
Las acciones humanas han impactado de manera significativa en el aumento de los riesgos de desastres en distintas regiones. Entre los factores humanos subyacentes que aumentan los riesgos se encuentran la degradación ambiental, el desarrollo urbano no planificado, la agricultura extensiva y la crisis hídrica, por mencionar algunos.
Desde el Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres de Argentina (SINAGIR) se sostiene que “un incendio forestal es un fuego descontrolado de rápida propagación que afecta a bosques, llanuras, pastizales, pasturas, entre otras”. Por su parte, y según la información obtenida de la página web oficial del Gobierno de la Provincia de Córdoba destinada a lo que consideran “prevención de incendios”, se sostiene que el 99% de los incendios forestales son generados por el accionar humano. Este riesgo, una vez materializado, tiene consecuencias profundas en el ambiente y en las comunidades afectadas, ya que contaminan el aire, generan estrés hídrico en los suelos, provocan la muerte de animales y producen grandes pérdidas económicas porque afectan el patrimonio material y el inmaterial de manera directa o indirecta, entre otros posibles efectos.
Los incendios forestales son una de las principales problemáticas en la provincia de Córdoba, con impactos recurrentes sobre el territorio y la población. Estos eventos se ven incrementados por elementos detonantes como las escasas precipitaciones durante el invierno, los períodos de sequía y la presencia de vientos fuertes, que incrementan la combustión del paisaje. Sin embargo existen estudios (IDECOR, CONAE, INTA, por ejemplo) que coinciden en que el principal origen de los focos de fuego es la acción humana, ya sea por negligencia, descuido o intencionalidad, muchas veces vinculada al cambio en el uso del suelo con fines inmobiliarios o agropecuarios.
Año tras año, entre los meses de mayo y noviembre aproximadamente, las serranías cordobesas se ven arrasadas por incendios forestales. Como fue dicho, la provincia de Córdoba se ubica entre los territorios con alto riesgo de incendios forestales a nivel planetario, dada su posición geográfica y su clima. Algunas de las características que definen a los incendios forestales en el territorio cordobés son:
· El fenómeno del fuego es parte del paisaje cordobés. Los incendios forestales son recurrentes cada año en las serranías de la provincia de Córdoba en especial. El cambio climático es un impulsor para que este fenómeno se acentúe.
· Existen acontecimientos naturales que favorecen la expansión de los incendios forestales, a lo que suman un sinnúmero de acciones humanas. Eventos naturales como la escasez de lluvia y de humedad, las pasturas secas, los vientos intensos y las heladas colaboran en la expansión de los incendios forestales, lo que se suma a la deforestación y la imprudencia del ser humano.
· Las consecuencias de los incendios forestales provocan impactos diversos en Córdoba. Las consecuencias pueden ser económicas, sociales, ambientales, etc., según la magnitud del evento. Por ejemplo, suelos arrasados y cambios desfavorables en las condiciones del suelo, en el ganado y en el bosque nativo, a lo que se suman las pérdidas en viviendas y los daños en la infraestructura. En su conjunto, lo que se ve afectado es el patrimonio natural y material no solo en el territorio afectado de manera directa, sino a nivel provincial en general.
En cuanto a las experiencias identificadas en la provincia, se evidencia una elevada frecuencia de incendios en zonas serranas, especialmente en los departamentos de Punilla, Calamuchita, San Alberto, Colón, Totoral e Ischilín. Frente a esta realidad en el territorio cordobés, se pueden prever acciones para disminuir el riesgo de incendios forestales. Entre las medidas a tomar encontramos, por mencionar algunas: políticas de ordenamiento territorial, políticas de uso del suelo, acciones de reforestación con especies nativas, regulación del desarrollo agropecuario, planificación urbana y rural, implementación de sistemas de alertas tempranas, concientización a través de la comunicación del riesgo y la educación, desarrollo de cortafuegos.
Las medidas son estrategias orientadas a la prevención del riesgo y a la mitigación del impacto de los incendios forestales, acciones que surgen ante las decisiones del gobierno cordobés. No obstante todo ello, los desafíos persisten, y resulta necesario profundizar las políticas públicas de ordenamiento territorial, la conservación de los bosques nativos, la educación ambiental y la comunicación del riesgo para reducir el impacto que se puede generar en la sociedad y el territorio.
La República Argentina tiene en vigencia un Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (SINAGIR), que incluye al Sistema Nacional de Manejo del Fuego. Este sistema busca tanto reducir el riesgo de incendios forestales como también ocuparse en caso de que se produzcan en todo el territorio argentino. En Córdoba en particular, por Ley 8.751, en 1999 se dio origen al Plan Provincial de Manejo del Fuego (PPMF). La misión del PPMF es llevar adelante medidas de prevención del riesgo y de mitigación del impacto ambiental y social de los incendios en áreas rurales, forestales y urbanas de la provincia y apagarlos de manera segura y rápida.
En este orden, la Secretaría de Gestión de Riesgo Climático, Catástrofes y Protección Civil (SGRCCyPC), creada en 2015, que depende del Ministerio de Seguridad, posee bajo su órbita la Dirección General de Protección Civil y la Dirección de Gestión Integral de Manejo del Fuego, entes que coordinan acciones para prevenir, combatir y/o neutralizar los efectos de aquellas actividades que conllevan riesgo de incendios.
Específicamente, los cuatro objetivos del Plan Provincial de Manejo del Fuego son los siguientes:
1. Implementar estrategias destinadas a prevenir incendios forestales y rurales mediante acciones proactivas y medidas de concientización.
2. Contribuir con recursos y tecnologías que agilicen la detección y respuesta ante cualquier brote de fuego, con el fin de reducir el tiempo de reacción y minimizar el impacto de los incendios.
3. Mejorar la efectividad de las operaciones de extinción mediante la optimización de recursos humanos, materiales y logísticos, así como la implementación de técnicas avanzadas de combate contra incendios.
4. Realizar tareas de rehabilitación y restauración ecológica en las zonas afectadas por los incendios, promoviendo la recuperación de la biodiversidad y la regeneración de los ecosistemas dañados.
Dado que los riesgos de desastres no se pueden eliminar, hay que destacar que ocuparse de su gestión colabora tanto en su reducción como en la mitigación de las consecuencias en caso de que estos se materialicen. De este modo, la comunicación se erige como uno de los puntos indispensables de las políticas, programas, proyectos y/o actividades afines a la gestión del riesgo de desastres, en el sector gubernamental, en el sector privado y en el sector social, y colabora en la institución de una cultura de la prevención, que se torna relevante para promover la responsabilidad individual y colectiva para la reducción de los riesgos.
Como se señaló, según cifras oficiales del gobierno de Córdoba, se considera que el 99% de los incendios son provocados por intervenciones humanas, y por ello es importante trabajar en la prevención a través de acciones de concientización y sensibilización. La comunicación del riesgo de incendios forestales se piensa como un mecanismo esencial, que incluye tanto políticas comunicacionales destinadas a la prevención del riesgo como también políticas comunicacionales con el fin de mitigar desastres. Considerando el supuesto de que los riesgos son construidos socialmente (García Acosta, 2005), entre los que se incluyen los incendios forestales, sostenemos la importancia de la comunicación del riesgo como “la construcción de un entramado discursivo en donde diversos actores políticos y sociales están involucrados” (Fontana y Conrero, 2017, p. 198).
Hay que destacar que una comunicación del riesgo de desastres eficiente apunta hacia lo educativo y a lo pedagógico; asimismo este tipo de comunicación debe evitar generar miedo extremo a partir del uso de mensajes incorrectos especialmente en el manejo de una crisis. En este marco es que se debe evitar improvisar y/o experimentar al momento de comunicar.
La percepción es un proceso imprescindible a tener en cuenta en la comunicación del riesgo de desastres. Ello se debe a que conocer las opiniones, las creencias, los sentimientos, los valores y las actitudes que una persona y/o una población poseen respecto a un riesgo potencial es información indispensable para quienes toman decisiones en la generación de acciones y producción de campañas para la comunicación del riesgo del riesgo en general y de los incendios forestales en particular.
En ese sentido, se debe considerar un modelo de interacción en el que se pueda decir que la comunicación del riesgo se constituya como un proceso de interacción que implique el intercambio de información y opiniones entre personas, grupos, instituciones y organizaciones, que incorpore diversos mensajes sobre el riesgo de desastres y otros que no tratan específicamente del tema pero que reflejan reacciones u opiniones en relación con el contenido que se quiere comunicar (Maurizi, 2014).
Las acciones comunicacionales para la prevención del riesgo y/o la mitigación de los incendios forestales propuestas por el Gobierno de la Provincia de Córdoba de manera articulada con diversos actores se agrupan en cincos grandes grupos (Fontana y Barberis Rami, 2014[1].
Son las acciones comunicacionales ejecutadas por el gobierno, en todos sus niveles, y por aquellos actores involucrados que acompañan el desarrollo de la comunicación del riesgo de desastres con el fin de cooperar en el mediano y en el largo plazo en la generación de normas de comportamiento preventivas permanentes, mientras que, en el corto plazo, pretenden generar concientización a partir de los mensajes que se enuncian.
Este tipo de acciones de tipo educativo buscan la disminución de los factores de vulnerabilidad presentes en la población ante los riesgos de desastres, para lo que generan pautas de comportamiento estables que no agraven las situaciones ya presentes. Buscan prevenir para lograr en la población un crecimiento afectivo y cognitivo sobre los riesgos existentes.
Ante el riesgo de incendios forestales en la provincia de Córdoba, el Ministerio de Seguridad, a través de la página web oficial (www.cba.gov.ar/prevencion-incendios), informa sobre este riesgo, donde se destaca lo siguiente:
· los términos que se deben conocer a la hora de referirse a un incendio forestal y sus fases,
· los teléfonos de emergencia a los cuales comunicarse ante un evento,
· los espacios donde se puede prender fuego,
· la manera de extinguirlos correctamente, y
· la alerta de riesgo presente en un momento determinado.

Una de las acciones que se implementaron desde el gobierno provincial es la instalación de cartelería fija y móvil en zonas de alto riesgo de rutas serranas. A ello se suma el uso de vehículos oficiales con megafonía en épocas críticas, que recorren los barrios y las zonas rurales para informar acerca de la peligrosidad existente.

Desde el Gobierno de la Provincia de Córdoba se llevan adelante campañas permanentes de concientización ante incendios forestales, que se destacan por la continuidad, la variedad de formatos y la articulación institucional. Sin embargo, estas acciones presentan debilidades, como el enfoque unidireccional e informativo que sostienen, la poca participación de los actores sociales y la débil presencia en los sectores rurales donde se dan mayor cantidad de focos de incendios. Ante el agravamiento del riesgo, es necesaria una comunicación más participativa, focalizada territorialmente y acompañada de políticas preventivas, de educación ambiental y de gestión del riesgo articulada con la sociedad.
Son aquellas acciones comunicativas que pretenden alcanzar un alto impacto en la población en el corto plazo, en especial en determinados momentos críticos en los que aumenta el riesgo dada la exposición de la amenaza. Son campañas limitadas en el tiempo, de una alta exposición mediática y con mensajes preventivos específicos y coherentes. Se enfocan en determinados grupos de la población y no diversifican el mensaje entre los distintos tipos de audiencia.
Este tipo de acciones son ejecutadas generalmente desde el gobierno de la provincia en aquellos meses más secos del año y con pocas precipitaciones, lo que hace que la posibilidad de que tenga lugar un desastre provocado por incendios aumente de manera exponencial. Estas acciones, a diferencia de las permanentes, tienen un lenguaje más “crudo” y muestran de manera explícita la importancia de extremar cuidados y cómo actuar ante un foco de incendio.
Las campañas específicas en momentos críticos del calendario de incendios en Córdoba ponen foco en la concientización y sensibilización ciudadana durante los períodos de mayor peligro. Estas acciones incluyen mensajes en redes sociales, presencia en medios de comunicación y actividades con instituciones educativas presentes en las zonas más expuestas. Se utilizan mensajes simples y directos como “No desafiemos al fuego”, “Tomá conciencia” y “No quemes pastizales”, y se difunden a partir de una articulación interinstitucional con organismos como Defensa Civil, Bomberos y el Plan Provincial de Manejo del Fuego.


Una debilidad de este tipo de mensajes es que suelen ser genéricos y carecen de adaptación a las características de las comunidades expuestas a los incendios forestales, las que tienen una escasa participación en el diseño y la ejecución de estas campañas, todo lo cual limita la apropiación de los mensajes. A ello se suma la falta de evaluaciones continuas, desde el gobierno provincial, del impacto que estas acciones producen sobre las poblaciones a las cuales se dirigen.


Es clave en la comunicación del riesgo de desastres avanzar en estrategias que involucren de manera activa a la población e incorporen las percepciones locales, y no solo en acciones que informan de manera reactiva ante el evento.
Este tipo de acciones son las que buscan generar una imagen de manejo transparente en la gestión del riesgo de desastre, en especial durante el desarrollo de una crisis, para reforzar una imagen positiva de aquellos organismos que llevan adelante esta gestión a nivel gubernamental. De este modo, se refuerza la credibilidad y la confianza en el emisor, lo que da lugar a mensajes orientados a persuadir e influir en la opinión del receptor.

Desde el enfoque de la gestión del riesgo, un desastre ocurre cuando un evento natural o antrópico afecta a una población o territorio que tiene condiciones de vulnerabilidad y baja capacidad de respuesta. Esto convierte al evento en un fenómeno destructivo que desencadena una crisis, ya que rompe el equilibrio y la capacidad de respuesta de los sistemas afectados y obliga a tomar decisiones rápidas bajo presión, con consecuencias que pueden extenderse mucho más allá del evento inicial.
Las consecuencias que pueden generar las crisis que provocan los desastres ante incendios forestales conllevan la necesidad de contar con una comunicación como una de las medidas de prevención que se pueden implementar. Esto impulsa a que los gobiernos deban asumir una comunicación planificada y articulada en conjunto con los medios de comunicación y la participación ciudadana, para presentarse activos en la búsqueda de soluciones ante la realidad.

En su mayor parte, durante las épocas de crisis, se realizan acciones de refuerzo comunicativo a través de comunicados oficiales, ruedas de prensa, publicaciones en redes sociales, mensajes vía WhatsApp y coordinación con medios de comunicación locales, realizando adaptaciones para zonas específicas. Estas acciones de refuerzo comunicativo, que advierten sobre riesgo extremo de incendios, para fortalecer la circulación de mensajes preventivos y de respuesta, se llevan adelante en zonas consideradas de alto riesgo y críticas, entre ellas en los valles de Punilla, de Traslasierra y Calamuchita. Llevadas a cabo desde el Gobierno de la Provincia de Córdoba, han permitido visibilizar el riesgo de incendios forestales y fortalecer las respuestas institucionales, aunque su impacto es limitado, ya que no se generan estrategias de comunicación descentralizada, participativa y culturalmente situada. El desafío es avanzar hacia una comunicación del riesgo dialógica, coherente y territorializada, con evaluaciones periódicas para medir la incidencia que tienen.
Este tipo de campaña se basa en aquellas acciones comunicativas realizadas por el gobierno y los agentes socios de la comunicación, como medios de comunicación, bomberos, organizaciones de la sociedad civil, etc., para generar, a largo plazo, capacidades en la población para actuar frente a los desastres, sortear las consecuencias adversas y reducir los posibles impactos negativos.
En las campañas para el aumento de capacidades se utilizan estrategias como:
· Elaboración y difusión de material gráfico y didáctico (afiches, folletos, juegos, etc.).
· Implementación de capacitaciones en escuelas dirigidas a niños y adolescentes.
· Realización de jornadas de formación para municipios, agentes públicos, actores sociales y comunidades locales.
Como una de las estrategias en el marco de este tipo de acciones, el Gobierno de la Provincia de Córdoba tiene como proyecto incorporar la temática de la gestión del riesgo de desastres en las currículas escolares. A la fecha está en estudio esta propuesta, de acuerdo con lo manifestado en la entrevista mantenida con el secretario de Gestión del Riesgo Climático - Catástrofe y Protección Civil (comunicación personal, 7 de diciembre de 2023).
Asimismo, durante 2023 la Dirección de Gestión Integral de Manejo del Fuego de Córdoba llevó adelante capacitaciones destinadas a niñas y niños de escuelas primarias de la provincia. La importancia de esta acción se fundamente en que “Los niños aprenden sobre qué es un incendio forestal (y en qué época del año se producen la mayor cantidad); qué es un incendio de interfase, cómo se forma el fuego, ley de fuego, medidas de prevención para mitigar incendios forestales, medidas de prevención en casa y escuela para protección en caso de ser alcanzadas por un incendio forestal, difusión del número de teléfono 0800 888 38346 (Fuego) para avisar” (Redacción La Voz, 3 de septiembre de 2023). Durante el 2023 “ya suman 19 las jornadas realizadas en los departamentos Calamuchita, General San Martín, Tercero Arriba, Santa María, Río Primero y Capital” (Redacción La Voz, 3 de septiembre de 2023).
El gobierno ha centrado las campañas de crecimiento y fortalecimiento de capacidades en los aspectos técnicos y operativos del riesgo, por lo que se hace necesario ampliar su alcance con la inclusión de la sociedad civil, las escuelas y los actores territoriales, bajo un enfoque de gestión integral y participativa del riesgo.

Estas acciones, como parte de la planificación de la comunicación del riesgo, se originan a partir de la puesta en discusión pública de las responsabilidades, es decir, cuáles han sido las causas del desastre y/o sobre la resolución o respuesta obtenidas en términos de la mitigación de las consecuencias adversas.
Estas acciones comunicativas deben implementarse a través de diversas estrategias y múltiples soportes. A través de los años la comunicación del riesgo de incendios forestales en la provincia de Córdoba ha guardado coherencia y ha permitido sostener un estilo de comunicación con variados soportes. Entre los puntos más visibles de este proceso comunicativo se destacan la continuidad y la persistencia de los mensajes en el tiempo (Cabas y Viale Linares, 2010) y también el uso de diversos formatos mediante los que se presentan los mensajes. Se pueden identificar como debilidades de la comunicación preventiva en la provincia de Córdoba la ausencia de articulación de las áreas involucradas y la falta de diferenciación de los públicos a los que están orientados los mensajes.

El papel de las organizaciones de la sociedad civil implicadas en la temática, sumado a la influencia de la opinión pública en los momentos de incendios en las sierras cordobesas, les demandan a los gobiernos que sostengan tanto una comunicación de riesgos durante los incendios forestales como también que efectúen estrategias preventivas destinadas a la reducción de las vulnerabilidades y al aumento de las capacidades de respuesta de las poblaciones afectadas directa o indirectamente (Maurizi, 2014) de manera permanente a lo largo de las temporadas.
El Gobierno de la Provincia de Córdoba desarrolla diversas acciones de comunicación del riesgo durante situaciones de crisis provocadas por incendios forestales de gran magnitud. Las estrategias utilizadas son comunicados oficiales, alertas tempranas, conferencias de prensa, publicaciones en redes sociales y cobertura en medios de comunicación masivos. El objetivo central es informar a la población sobre zonas afectadas, condiciones meteorológicas adversas, medidas de autoprotección, evacuaciones y restricciones de acceso.

En los últimos años el gobierno provincial ha incorporado el uso de recursos digitales, como mapas interactivos y sistemas de alerta, que contribuyen a mejorar el acceso a la información durante las emergencias.
Si bien en Córdoba las acciones de comunicación del riesgo ante crisis han mejorado en cuanto a visibilidad y cobertura, su efectividad sigue siendo limitada por la falta de enfoque participativo, la centralización del mensaje y la ausencia de una estrategia sostenida. Para avanzar hacia una gestión integral del riesgo, es necesario transformar la comunicación en un proceso continuo, dialógico, territorializado y culturalmente pertinente, que fortalezca el vínculo entre las instituciones y las comunidades, antes, durante y después del desastre.
Las nuevas tecnologías han provocado un giro en la comunicación y representan una posibilidad para los diversos sujetos y para la comunicación en sí misma. Con el devenir del siglo XXI surge la conocida “generación red” en la que el sujeto es activo e interactivo y logra encontrar en las redes sociales “los recursos y el público con el cual desea interactuar y activar un proceso de comunicación” (Rivera Berrío, 2011, p. 8). Caracteriza a esta “sociedad de red”, tal como la denomina Castells (2004), el alto componente de interactividad e hipertextualidad, lo que permite la manifestación de ideas de manera inmediata.
Esta comunicación 2.0 presenta posibilidades y desafíos para la comunicación del riesgo. Recordemos que este tipo de comunicación debe ser situacional, ya que debe responder al contexto, y también interactiva, ya que debe ser efectiva. A su vez, la comunicación del riesgo es integral, articulada y planificada, ya que atraviesa a la gestión en todo su proceso. Desde el Gobierno de la provincia de Córdoba, y a través del Ministerio de Seguridad, que tiene bajo su órbita lo que se refiere a comunicar los incendios forestales, está presente en las siguientes redes sociales: https://twitter.com/minsegcba, www.instagram.com/minsegcba/, www.facebook.com/minseguridadcba, que se utilizan para implementar acciones de concientización, prevención y preparación frente a posibles incendios forestales.
El uso de las redes sociodigitales ha comenzado a marcar la diferencia en la comunicación del riesgo, ya que colaboran en que las comunidades se conviertan en comunicadores. Así, la fortaleza de la comunicación al utilizar las redes sociales radica en que esta es instantánea, solidaria y rápida.
La participación coordinada entre las partes implicadas impulsa la comprensión de los riesgos de desastres, ya sean conocidos o desconocidos. El uso de las redes sociales se vuelve más activo para la obtención de información y para mantenerse actualizado frente a novedades.
El Ministerio de Seguridad utiliza sus redes sociales para concientizar en la prevención de incendios forestales como también para informar sobre lo que sucede. Dirige sus mensajes a los diversos públicos involucrados en la problemática, los que se construyen de acuerdo con el contexto en que tiene lugar el fenómeno[2].

La interactividad genera comunidades virtuales en las que se comparte e intercambia información, y se puede acceder desde cualquier lugar del mundo. La red ha llevado a la masificación de los mensajes.



Como se puede observar en los posteos realizados desde el organismo provincial, los espacios que generan las redes sociales para comunicar el riesgo de incendios forestales permiten sensibilizar y concientizar a la población sobre los riesgos, brindar información y alertas, promover las redes de apoyo y solidaridad, construir confianza, reducir las vulnerabilidades y aumentar las capacidades de respuesta, entre otras acciones.
Asimismo, existen retos para comunicar los riesgos de desastres desde las redes sociales, entre los que podemos mencionar: proteger la veracidad de los datos, aumentar la capacidad de respuesta de todos los destinatarios y mitigar los efectos de los impactos que producen los desastres.
Es importante destacar el uso de redes sociales como un instrumento para la reducción, el seguimiento y la evaluación del riesgo de desastres. No hay que olvidar el monitoreo efectivo de las redes sociales, por lo que es relevante tener una estrategia, ya que se hace necesario aliviar el impacto negativo de la incertidumbre. La participación de las personas en las redes sociales se asocia con la cultura del consumidor informado y del ciudadano empoderado que exige el correcto funcionamiento de las instituciones y autoridades (Alcalá Casillas y Viera Avilés, 2024).
Los incendios forestales se han transformado en un flagelo ambiental a nivel global, dada la mayor frecuencia y la intensidad considerable que han adquirido en la actualidad.
Los principales elementos que provocan este tipo de desastres son el calor extremo, la sequía prolongada y los fuertes vientos. La combinación de estos tres factores genera incendios forestales que con frecuencia superan la capacidad de respuesta inmediata por parte de quienes gestionan la emergencia. A su vez, la expansión agrícola, los megaemprendimientos y la “urbanización de los bosques” son componentes de vulnerabilidad que pueden fomentar el riesgo de incendios forestales. Estos componentes deben ser abordados desde la perspectiva del riesgo de desastres, frente a los cuales deben adoptarse las medidas necesarias para disminuir los impactos, ya que ponen en peligro tanto a la población como al desarrollo logrado por las comunidades.
La comunicación del riesgo de incendios forestales en Córdoba, al igual que en cualquier otra región, es una parte crucial de la gestión integral del riesgo de desastres para proteger a las poblaciones potencialmente afectadas. Algunos aspectos importantes para considerar en la comunicación del riesgo de incendios forestales en general y en particular en la provincia de Córdoba son:
1. Información precisa y actualizada: Es esencial tener datos precisos y actualizados respecto de las condiciones climáticas, la condición de los bosques, las áreas propensas a incendios y otros factores relevantes. Esto puede incluir la orientación y la fuerza del viento, la humedad, la temperatura, la cantidad de precipitación reciente y la sequedad del combustible vegetal.
2. Canales de comunicación efectivos: Utilizar diversos canales de comunicación para alcanzar a una audiencia amplia y variada. Estos canales incluyen los medios de comunicación tradicionales (radio, televisión, prensa escrita), los medios digitales (por ejemplo, los sitios web, las redes sociales, entre otros) y los sistemas de alerta temprana (por ejemplo, mensajes de texto a través del celular y/o de las redes sociales, las notificaciones en diversas aplicaciones).
3. Niveles de alerta: Establecer un sistema de niveles de alerta que indique con claridad el grado de riesgo de incendios forestales. Esto puede ayudar a las poblaciones a comprender la magnitud del problema y tomar las medidas adecuadas. Por ejemplo, los niveles pueden ir desde “bajo riesgo” hasta “peligro extremo”, y cada nivel puede ir acompañado de recomendaciones específicas.
4. Educación y concientización: Proporcionar información educativa sobre la prevención de incendios forestales, informar sobre los protocolos para situaciones de incendio y cómo prepararse para evacuaciones, si es necesario. Esto puede incluir la promoción de prácticas seguras, como no arrojar colillas de cigarrillos, no hacer fogatas en áreas no autorizadas y mantener un espacio libre de vegetación alrededor de las viviendas.
5. Coordinación entre agencias: Establecer una buena coordinación entre las agencias responsables de la gestión de incendios forestales, como los bomberos, los servicios de emergencia y los organismos gubernamentales. Esto garantiza que la información sea consistente y que las acciones se realicen de manera eficiente y efectiva.
6. Mensajes claros y comprensibles: Utilizar un estilo claro y entendible al comunicar el riesgo de incendios forestales. Evitar términos técnicos complicados y proporcionar instrucciones claras sobre las acciones que deben tomarse. Es importante asegurarse que el público comprenda la información y sepa cómo responder.
7. Actualizaciones regulares: Mantener a la comunidad informada con actualizaciones regulares sobre el riesgo de incendios forestales, especialmente durante períodos de mayor peligro. Esto puede incluir informes diarios, alertas de última hora y recordatorios periódicos sobre prácticas de seguridad.
Hay que recordar que la comunicación del riesgo de incendios forestales es un esfuerzo continuo y colaborativo que involucra a diversas partes interesadas. La clave está en proporcionar información precisa y relevante de manera accesible para que las poblaciones puedan tomar decisiones de manera informada y asegurar su propia protección y la de sus comunidades.
La comunicación del riesgo ante incendios forestales en Córdoba ha tenido avances importantes, especialmente en visibilidad y reacción ante emergencias. Sin embargo, aún enfrenta desafíos en términos de planificación estratégica, continuidad, participación comunitaria y enfoque preventivo. Fortalecer la comunicación como herramienta de gestión integral del riesgo es clave para reducir vulnerabilidades y proteger tanto a la población como al ambiente serrano.
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[1] Las imágenes que se usan son a modo de ejemplo y fueron elegidas de acuerdo con criterios de selección de muestras cualitativas, para ilustrar cada una de las acciones comunicativas llevadas adelante desde el Gobierno de la Provincia de Córdoba.
[2] Las imágenes que se usan son a modo de ejemplo y fueron elegidas de acuerdo con el criterio de selección de muestras cualitativas, para ilustrar el uso de las redes sociales por parte del Gobierno de la Provincia de Córdoba.